Noche de juicios, reencuentros y algún récord en el Bernabéu

Octavos de final, vuelta: Real Madrid - Schalke 04

Era difícil pensar que el partido que el Real Madrid disputa esta noche en el Santiago Bernabéu (20:45 horas, TVE) pudiera cobrar tantos significados distintos. El resultado cosechado frente al Schalke 04 en Gelsenkirchen hace dos semanas (0-2) se logró en medio de un conato de crisis y la confirmación de que el equipo andaba regular. Se había perdido estrepitosamente en el Calderón y hacían falta victorias para recuperar la confianza primero y el juego después. La conclusión general de aquel partido fue que los futbolistas habían entendido el mensaje en forma de goleada: No se podía seguir como hasta entonces. Después se ganó en Elche y todos creímos que poco a poco el equipo iría levantando el ánimo. 

Pero, lejos de haber sido así, el Real Madrid repite esta noche el mismo esquema previo. Necesita convencer y convencerse de que no está todo perdido a tres meses de acabar el curso. Porque matemática y naturalmente no es así, por supuesto, pero no hay nada como observar los gestos físicos y las miradas de cada jugador para darse cuenta de que la plantilla está tocada, preguntándose a sí misma si son tan buenos y si esa racha de 22 victorias no fue más negativa que positiva de cara a relajaciones. Cuanto más alto vueles, más dura es la caída.

En principio, la eliminatoria no peligra. El Schalke llega con el mismo plan que en la ida, plantar el autobús, y su entrenador no parecía muy convencido de sus posibilidades en la previa. Se espera ver al Madrid animoso de las noches de Champions, competición que siempre alegra el semblante de futbolistas y aficionados. Estos últimos serán muy protagonistas del choque, en función de cómo vaya respirando el equipo. Ancelotti, Cristiano, Bale, Benzema o Lucas (previsiblemente titular tras otra oportunidad perdida por Illarra en San Mamés) se someterán a examen popular.

Especialmente el técnico, insistente en sus métodos y firme en no variar el rumbo que cree correcto para recuperar el poder goleador de sus hombres. De ellos dependerá la suerte del italiano en apenas dos semanas, de aquí al clásico. Sobre todo de una BBC en sus horas más bajas. Al mal momento de Bale se suman los crecientes cuchicheos sobre el estado -físico y anímico- de un Cristiano que pocas veces en su carrera estuvo tan lejos de su versión normal, esa en la que meter dos goles es el pan de cada día.

Un récord, a tiro

Si gana, el Real Madrid logrará convertirse en el club europeo que más partidos seguidos haya ganado en casa en la historia de la Liga de Campeones (actualmente lleva 11 victorias consecutivas), estadística que le arrebataría al Manchester United. Una alegría añadida más a la segura del regreso de Modric, al que se espera como salvador del magullado medio campo merengue y la esperanza de ver al equipo de las citas europeas. Como en la ida. Pero ya, seguro, sin más margen de error hasta junio.