La 'bomba' a punto de estallar en el Real Madrid (y que Florentino Pérez debe resolver)

El presidente del Real Madrid tomará una decisión en breves, pero el caso puede acabar siendo un problema.

El Real Madrid afronta el mes más decisivo de competición, con los dos grandes títulos en liza y con el futuro de la plantilla e incluso de su entrenador en el aire. Hasta ahora las cosas han ido bien o muy bien: se han ganado los dos títulos ‘que tocaba ganar’, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, y el equipo se mantiene firme en el liderato de la Liga y con todas las opciones en Europa. Sólo el descalabro antes de tiempo en la Copa del Rey ‘afea’ ligeramente la campaña… por el momento.

 

En una entidad como la merengue, nada puede dejarse al azar o hacerse con precipitación; por eso, desde hace tiempo ya se trabaja en la planificación de la próxima temporada, pase lo que pase en la Liga o en la Champions League. Pero eso no quita que Florentino Pérez sepa que, dependiendo de la imagen que ofrezca el Real Madrid en lo que queda de temporada y los éxitos que se alcancen, el plantel quedará más o menos señalado y habrá que acometer más o menos cambios. Y estamos en año de elecciones, así que hay una pequeña ‘revolución’ base que está perfectamente estudiada pase lo que pase.

 

Este cambio moderadamente importante de futbolistas, con varios fichajes (alguno de ellos de renombre internacional) y bastantes salidas, implicará el tomar decisiones clave en algunos casos complicados. Uno de ellos será, sin duda, el de Martin Odegaard. La perla noruega fue fichada en el invierno de 2014 a 2015 para engrosar las filas del filial madridista. Se lo rifaba media Europa como uno de los cracks del futuro en el viejo Continente, y Pérez no lo dudó. Se han seguido pasos muy meditados y marcados con el jovencísimo centrocampista, destinados a que siga progresando con paciencia y sin correr demasiado.

 

 

Pero toda esa delicadeza no está dando sus frutos. Tras prácticamente dos años en la casa blanca se consideró que debía dar el salto a la Primera División de una Liga de élite fuera de España, alejándole de la Segunda B. Y recaló en el Heerenveen holandés en el mercado de invierno. Sin embargo, tras un inicio prometedor, en el que jugó bastante, el entrenador del conjunto de la Eredivisie le ha relegado al banquillo. Odegaard tan solo ha jugado cuatro minutos en los últimos tres partidos (lo cual conlleva un pago económico del Heerenveen al Real Madrid, por cierto).

 

Son bastantes las voces que reclaman que Odegaard regrese a su Noruega natal, de donde salió, quizás, demasiado joven y con excesivos focos apuntándole ya como estrella futura. No ha logrado despuntar desde que se marchó de la Eliteserien nórdica y ya ha tenido que ver cómo algunos medios le tachan de juguete roto. Lo que está claro es que todavía no tiene nivel para jugar en el Real Madrid, pero al mismo tiempo desprenderse de él ahora podría ser un error fatal. Florentino Pérez debe decidir qué hacer con el chico antes de que su falta de progresión se acabe transformando en una cuestión más mental que futbolística.