Con Cristiano, Benítez ya conoce cuál es una de sus 'funciones ocultas'
El técnico tiene que encajar las bofetadas institucionales, como todo entrenador blanco en los últimos tiempos
En el día en el que el Real Madrid juega su segundo partido amistoso de la pretemporada ante el Manchester City en su despedida de Australia (12:00 horas), todas las miradas previas en torno al choque se han centrado, además de en los posibles experimentos de Rafa Benítez, en la figura del técnico y su relación con Cristiano Ronaldo. Muchas son las fuentes periodísticas que aseguran que el inicio de la relación entre el portugués y Benítez no ha sido la mejor, ilustrando sus argumentos con episodios como el vivido esta semana: El enfado del luso durante una sesión de entrenamientos por una decisión del entrenador durante un partidillo.
Aunque después de seis temporadas ya nos hemos acostumbrado a ver gestos de este tipo en la figura de CR7, que no quiere ni perder en los entrenamientos, es verdad que pocas veces se pone tan furioso y que sorprende dados los pocos días que jugador y entrenador llevan juntos. El asunto también lo ha aderezado el propio Benítez con su cambio de discurso en muy pocos días de diferencia. Si en su primera comparecencia como técnico no calificó a Cristiano como el mejor del mundo y le colocó en un grupo de 'elegidos' junto a otros futbolistas, ayer ya reculó en sus opiniones: "Tras verle trabajar en directo uno se da cuenta de lo competitivo que es, lo que le gusta ganar y la calidad que tiene. Es el mejor del mundo".
Mucho se ha hablado del nuevo rol de Cristiano con Benítez en el banquillo. Que si desplazarle de la izquierda a la delantera, que si dismunir sus minutos de juego para mantenerle fresco toda la temporada... de una u otra forma muchas de estas reflexiones tenían que ver con un aumento del protagonismo de Gareth Bale como más líder del equipo. El viaje del propio entrenador a Gales para ver al futbolista antes de que el Real Madrid empezara el trabajo de pretemporada ya avisaba de ello.
Sin embargo, parece que tanto Benítez como el Madrid se han dado cuenta de que todavía no conviene dar ese paso de forma tan clara. Hay que mantener al portugués contento y hacer que se sienta importante. Pero eso no significa que Benítez quede como la figura que tendrá que llevar a cabo cualquier acción que implique el enfado no sólo ya de Cristiano, sino de cualquier jugador. Al igual que su predecesor, Carlo Ancelotti, que ejerció casi como portavoz del club durante sus dos temporadas al frente del equipo, Rafa será el escudo que se lleve todos los golpes del día a día del vestuario.
Benítez tiene sus métodos y su caracter, que es mucho. Pero en el Madrid tendrá que ser un hombre de club. Ya lo está demostrando, pues ha sido el encargado de 'recular' en su propio discurso. Y en función de lo que vaya pasando en la temporada veremos qué mas trenes tiene que manejar.