La salida de Iker Casillas del Madrid deja a Sara Carbonero en caída libre
El famoso beso la pareja en el Mundial de Sudáfrica ya no da más de sí
La mala situación por la que atraviesa Iker Casillas en el Real Madrid ha ido deshinchando la 'pompa' que rodeaba a la periodista deportiva Sara Carbonero, pareja del capitán del Real, que no vive uno de sus mejores momentos profesionales. Una situación que podría estallar del todo con la marcha de Iker del Real.
Carbonero está viendo como su popularidad/gancho se desvanece a pasos agigantados, al tiempo que lo ha hecho la de Casillas. Mucho ha llovido desde el exprimido beso del Mundial que colocó a la presentadora en un lugar de privilegio en Mediaset. España ha pasado página. Y el día a día ha ido colocando a Sara en una nueva posición.
Algunas de las marcas de moda/belleza en las que su rostro era protagonista le han dado la espalda. Los ingresos de la presentadora caen en picado. Y en la 'cadena amiga' ganan fuerza los críticos que avisan que ya hay y habrá un antes y un después con la caída en 'desgracia' de Iker en el Real.
El ‘gancho’ que tenía Sara Carbonero potenciad por el mencionado beso televisivo, la llevó a ser la reina de la publicidad en España al año siguiente cuando Sara facturó 900.000 euros en concepto de imagen/representación de marca en los medios, según informa Vanitatis. Desde entonces, Sara disminuyó sus ingresos publicitarios hasta llegar a ganar 308.000 euros en este concepto en 2012 y tocar fondo en 2013 con 180.000. En tan sólo dos años, la presentadora ha visto disminuidos sus ingresos en más de 700.000 euros respecto al 2011. Una realidad que habría ido a peor en el ejercicio 2014 y que podría tocar fondo en este 2015.
Su último despido fue en Ipanema, firma que ha decidido relevarla por la actriz Clara Lago. El declive publicitario de Sara coincidió con los momentos difíciles vividos por Casillas con Mourinho en el banquillo del Madrid y con la actual situación del meta blanco, criticado por muchas de sus últimas actuaciones, y que ha tenido que abandonar Madrid y el Madrid por la puerta de atrás.
Ya no hay red y la caída -pausada pero constante- puede ser de las que hacen daño.