El Barcelona exhibe la recuperación de uno de sus grandes símbolos

El actual presidente del club azulgrana, Josep Maria Bartomeu, ya tiene la tan deseada foto al lado del ex técnico Johan Cruyff, que rompió relaciones con la actual directiva hace varios años

El actual presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, sabe perfectamente que sus deseos de prorrogar su mandato al frente de la entidad barcelonista pasan forzosamente por una buena puesta a punto de su imagen. Algunas encuestas le han señalado como la figura menos valorada de la actual directiva, y eso, desde luego, es un serio escollo a la hora de enfrentarse a las urnas con candidatos que, muy presumiblemente, serán capaces de arrastrar un buen número seguidores, como Agustí Benedito o, sobre todo, Joan Laporta.

Tradicionalmente, el Barcelona ha sido un club caracterizado por la dicotomía entre dos bandos. Uno de los últimos, entre cruyffistas y nuñistas, sigue trayendo cola. En las últimas elecciones, el ex presidente Josep Lluís Núñez mostró abiertamente sus preferencias por la candidatura liderada entonces por Sandro Rosell. Ante la posibilidad de que la junta le apartara del cargo de presidente de honor, al que había sido elevado por Laporta, Cruyff se presentó en las oficinas y escenificó su renuncia entregando la insignia. Desde entonces, se abrió la veda a su enfrentamiento con la directiva actual, un enfrentamiento del que ya se ha escenificado su fin.

Bartomeu y Cruyff han coincidido en el acto de presentación del proyecto Pati 14, una iniciativa impulsada por la Fundación del Barcelona y la Fundación Johan Cruyff para impulsar el deporte en los colegios, y que cuenta también con la colaboración de la Fundación de La Caixa. El actual presidente azulgrana ya tiene una foto al lado de Cruyff que, para él, puede valer su peso en oro. No en vano, es una forma de presentarse como el puente entre dos de las últimas grandes corrientes enfrentadas del barcelonismo. De mostrarse como un factor de unidad. Pero, ¿está el Barcelona realmente dispuesto a renunciar a su tan ancestral tradición de enfrentamiento?