El Real Madrid muestra su peor cara y cae derrotado en San Mamés

Un gol de Aduriz en la primera mitad dio la victoria al Athletic de Bilbao. El Madrid puede perder el liderato si el Barcelona vence al Rayo Vallecano.

 

Athletic de Bilbao, 1 – Real Madrid, 0

 

Gran partido de fútbol en San Mamés. Todo un clásico de la Liga, uno de esos choques que crean afición, apto para cualquier público, sea de los colores que sea. 53.000 espectadores, gradas a rebosar, que querían recibir con una gran ovación a su equipo tras la brillante clasificación para la final de la Copa del Rey.

 

Y así fue. Saltaron al campo, y desde el calentamiento se palpaba el buen ambiente. Por su parte, los de Ancelotti concentrados, a lo suyo. A disputar tres puntos que les pudiera asegurar el liderato. Tras el tropiezo de la semana pasada ante el Villarreal las dudas volvían a aflorar, y eso no le gustaba a Carlo.

Tal vez por ello durante toda la semana tuvo un tono apacible. Sin enfados, sin ahondar en los dos puntos que se quedaron atrás. Sin entrar en polémicas ni discusiones. Illarramendi fue la elección. La única duda que existía en el once estaba en el centro del campo. Lucas Silva se quedó atrás e Illarra saltó.

 

El partido arrancó como se esperaba. El Real Madrid tomó la iniciativa. Los de Valverde bien posicionados a esperar la contra. Juego muy eléctrico pero con pocas ocasiones. No fue hasta el minuto 11 cuando Benzema remató un centro de Carvajal rechazado por la defensa del Athletic. Fue la primera llegada con peligro.

El juego estaba bonito. El Madrid dominador, el Bilbao sin arrugarse. Sin descanso, arriba y abajo. Desde el principio se vio que el peligro local estaba en las botas de Aduriz. De él fue la primera llegada vasca.

 

Con el paso de los minutos los de Ancelotti cometían más imprecisiones y creando menos peligro. Parecía como si el partido cada vez se igualara más. Isco e Illarra movían rápido, con amplitud, pero sin profundidad. Valverde desde la banda pedía más intensidad a sus jugadores.

Y llegó el minuto 25. Centro medido de Mikel Rico para que Aduriz, que venía en carrera, realizara un excelso cabezazo que entró por toda la escuadra de Casillas. Lo cierto es que el guardameta pudo hacer poco ante tan maravilloso gesto de calidad.

 

Alegría inmensa en las gradas que no podían creer lo que estaban viendo. Ancelotti se enfadaba cada vez más en la banda. Conversaciones con Manolo Hierro que aireaban la impotencia y los nervios. La BBC no funcionaba y Cristiano era el único que quería interpretar el juego. Y el centro del campo parecía inexistente.  Un Real Madrid sin ocasiones de gol claras, sin peligro evidente. Así se llegó al descanso.

 

Reprimenda en la caseta y los blancos salieron convencidos de lo que tenían que hacer. El dominio se acrecentaba por minutos. Pero sin ocasiones.

Al cuarto de hora de la segunda Benzema tuvo la suya que se plantó solo ante Iraizoz, pero estuvo muy lento. El Madrid apretaba. El Athletic no pasaba de medio campo. La afición lo notaba y animaba a los suyos. El partido se le iba a hacer muy largo a los locales.

 

Nada mejoraba 

El Real Madrid buscaba una y otra vez la reacción, dominando pero sin peligro. Avanzaba la segunda mitad y los locales empezaban a notar el cansancio del partido de Copa. Pero querían seguir aguantando.

Jesé saltó al campo en el primer cambio de Ancelotti. Quitó a Illarramendi. Movimiento lógico para conseguir más llegada arriba. En el 66 Ronaldo tuvo un mano a mano ante Iraizoz, que el guardameta resolvió bien.

 

Iñaki Williams se retiró extenuado. No podía más. Valverde lo vio y el chaval se llevó una ovación de la catedral. Buen partido del bilbaíno de origen africano.  A la media hora de la segunda volvió a tener Aduriz de cabeza, pero esta vez salió desviado. Seguía siendo el único capaz de llevar peligro.

Ancelotti hizo entonces el segundo cambio. Quitó a Kroos, en el que se puede considerar el peor partido del alemán desde que llegó al Madrid. Nunca encontró su juego, se mostró impreciso y poco colaborador con sus compañeros. Mal partido. Fue sustituido por Lucas Silva.

 

Pasaban los minutos, se acercaba la recta final del encuentro y todo se iba apagando. Los cambios de los blancos no estaban dando resultados. Incluso salió Chicharito para los últimos diez minutos, por un Benzema totalmente desaparecido. Las caras del banquillo blanco lo decían todo.

A siete del final Bale golpea desde el centro del campo ante un Gorka Iraizoz adelantado y la pelota dio en el palo. Fue la mejor ocasión blanca, y desde cuarenta metros. Ahí sí tuvo mala suerte los de Ancelotti. Pero no era el día. 

Los blancos, muy apáticos al final, dejaron casi pasar los minutos hasta el pitido sin crear peligro. Sin ideas, atascados. Fue el peor partido del año para los de Ancelotti, sin dudas. El Real Madrid se dejó tres puntos y un liderato si el Barcelona no falla. El Athletic de Bilbao pudo alargar su semana mágica. La afición lo celebró por todo lo alto.