Sergio Ramos monta un show brutal en el vestuario del Real Madrid (y termina a gritos con un crack)
El capitán estalla tras caer con el Leganés
Sergio Ramos no se muerde la lengua. El capitán del Real Madrid era un torbellino de malestar tras firmar el equipo blanco el mayor ridículo de la temporada: caer en la Copa del Rey contra un recién ascendido a Primera y, además, vecino.
Un bochorno que el de Camas trasladó al vestuario con una reprimenda en la que terminó a gritos con un Benzema al que señaló en privado su pasotismo, falta de implicación y tener la cabeza fuera del Real.
Ramos tiene claro dónde está el problema y, en público, lo deja entrever. “A mí no me falta hambre para nada. Quiero seguir comiéndome el mundo. No digo que el resto no lo haga. Es fácil hablar cuando los resultados no acompañan. Hay que hacer autocrítica. Lo que nos viene es complicado”, espetó.
Ramos, que llevas meses pidiendo jugadores con gol a Florentino Pérez, sabe que con futbolistas del nivel de Marcos Lorente, Theo Hernández, Borja Mayoral y compañía no se puede ser competitivo. El Real, afirma Sergio en ‘petit comité’, se ha cargado lo mejor que tenía: el fondo de armario.