Rogelio Rengel: “El Espanyol es, en sí mismo, una filosofía de vida”

La entrevista al director de Don Balón en Voz Perica

Rogelio Rengel lleva el espanyolismo en las venas. El director de Don Balón es perico desde la cuna.

 

 En una entrevista para Voz Perica, Rogelio habla del pasado, presente y futuro del club blanquiazul. Aquí su contenido.

 

– ¿Cómo empezó tu historia con el Espanyol?

Para mí es muy fácil. Tu padre es del Espanyol y los domingos vas al fútbol con tu padre a las cinco de la tarde. Acabas de comer en casa de tus abuelos, te vistes y vas al campo, es la tradición de siempre.

 

– ¿A qué parte de Sarriá ibáis?

A la Tribuna vieja, la que tenia asientos de madera. Tengo guardada en la memoria imágenes del catedrático de economía Alejandro Pedros, que iba con sus cinco hijas detrás nuestro, o de Mauri, que estaba delante nuestro. Me acuerdo de esa sensación de familia, perica, todo era muy familiar en Sarriá: olías un poco la hierba y si bajabas al campo podías tocarle la camiseta al jugador.

 

– ¿Cuales son los jugadores que fueron ídolos de tu infancia?

Roberto Martínez y Marañón, y para mí también Ayfuch, un defensa contundente que a mí me gustaba mucho sobre todo porque le partió la clavícula a Migueli. Mi abuelo era muy del Barça y adoraba a Migueli, así que cuando Ayfuch le partió la clavícula yo pensé: si al más fuerte del Barça, uno del Espanyol le rompe la clavícula, es que el Espanyol es mucho más fuerte que el Barça.

 

– La verdad es que todos los que vivimos Sarriá guardamos recuerdos entrañables…

Yo recuerdo un partido de doce del mediodía, escapada de Roberto Martínez solo, llega hasta el área y mete gol en la portería del Gol Sur. Apoteósico. Ése es mi primer recuerdo de Sarriá, se me quedó grabado.

Y recuerdo luego también la primera vez que oír la palabra “hostia”. A Marañón un jugador del Sevilla le pegó una patada de esas antológicas y alguien soltó la palabra. Yo, que era un niño, me quedé horrorizado cuando escuché esa palabra.

 

Y así siguen muchas tardes de fútbol…

A partir de ahí se sigue la tradición. A mí me encantaba y me hubiese gustado seguir con mis hijos: los domingos comer en casa de los abuelos y luego ir al fútbol, pero ahora mismo no sabes si juegan el viernes, el lunes, el martes o el miércoles. Yo ahora tengo que hacer un crucigrama, un tetris, para saber qué día voy a ir al fútbol. De hecho no sé si podré ir al fútbol dentro de dos semanas porque no sé a qué hora ni qué día vamos a jugar y eso me sabe muy mal.

– En esto hemos ido a peor.

Sí. Además ahora hay que reconocer que nuestro estadio es precioso, pero ese sabor de madera que había antes, esa sensación, yo la echo en falta.

 

– ¿Qué significa para ti ser del Espanyol?

Como te explicaba, empiezas a ir al fútbol con tu padre y luego, ya con la edad, lo vas haciendo algo tuyo. Al principio te haces del Espanyol por tu familia, pero luego te haces del Espanyol porque yo creo que, en sí mismo, es una filosofía de vida.

 

– Explica un poco más esto de la filosofía de vida.

Pues es que es algo que define la vida de la gente que somos del Espanyol. En mi colegio eran todos del Barça menos dos que éramos del Espanyol. De tres grupos de 42 alumnos había del Madrid, uno del Betis, pero del Espanyol éramos solo dos y eso marca tu personalidad: si tú eres una persona que más o menos vas donde sopla el viento, te haces del Barça, si eres del Espanyol te marcas. Yo recuerdo llegar al colegio tras una derrota en el derby, con la gente esperándote para reírse de ti e ir con la camiseta del Espanyol ese día más que nunca. Esto forja un carácter.

 

Mi hermano, por ejemplo, ha mamado lo mismo pero no es del Espanyol, se hizo de la Real Sociedad porque entonces ganaba. Pero para nosotros no es el hecho de ganar, es el hecho del esfuerzo, del sacrificio, de valorar otras cosas más allá del resultado. A mí, por ejemplo, si me preguntas por un jugador mítico, Torres Mestre me parece el prototipo de jugador de pundonor, de lucha, que no te engaña, que es auténtico al 100%. No será tan bueno, pero no te miente. Esos valores son los que a mí me gustan: me he partido la cara y me han ganado; pues me hagan ganado y no pasa nada.

 

– El Espanyol siempre ha tenido jugadores de estos: no eran malos, porque para jugar en Primera División ni tú ni yo llegamos, pero que se han dejado la piel, con mucho compromiso, y al final son los jugadores a los que más admiras.

 

Sí… si me preguntas goles míticos del Espanyol te diré el gol de Pacheta. Pacheta era un prototipo de jugador de esos que cuando sale sabes que no te va a engañar. Una vez me explicaron que lo tremendo de Torres Mestre es que lo driblabas una vez y al cabo de un metro volvía a estar encima tuyo, no había manera de quitárselo de encima y al final por pesado le dabas la pelota.

 

– ¿Cómo viviste las dos UEFAS y las dos Copas?

Si te soy sincero las UEFAS no me supusieron tanta emoción. Para mí la copa de Valencia fue un enorme subidón, pero el momento que yo recuerdo de emoción máxima es contra el Málaga para el ascenso a Primera División. Las UEFAS estuvieron bien, yo estuve en el mejor partido que yo recuerdo del Espanyol, el partido contra el Ajax de Amsterdam. Ese día el Espanyol le pegó un baño de arriba abajo, en su casa, que fue impresionante, con Jonatas dando una lección de fútbol. Pero la emoción que sentí cuando Albesa planta la pelota y chuta y metemos el gol, eso fue brutal.

 

Volviendo a las UEFAS lo de Leverkusen me supo mal, lo de Glasgow, sinceramente, no lo pasé tan mal porque disfruté muchísimo y las dos copas del rey fue lo máximo. Recuerdo en un bar en Madrid, a las siete de la mañana, poniendo la música de “We are the Champions” y el dueño diciéndome, “oye, que ya llevas siete veces, es hora de que os vayas a dormir” y yo contestarle “mira, es que no sé cuándo voy a volver a celebrar una copa y quiero aprovechar hasta el último segundo”.

 

Y sobre todo esa sensación de la gente de buen rollo: vinieron los del Zaragoza y no hubo ningún problema, la gente estaba con ilusión, se estaba cómodo, bien. Ganar está bien pero como te he dicho, la emoción del penalti de Albesa para mí fue lo máximo.

– ¿Cuál es tu opinión sobre Chen?

Yo a Chen no lo conozco; me gustaría conocerlo, y pienso que la gente del Espanyol tenemos que estar muy agradecidos a Chen, pero yo creo que hay una cosa que Chen necesitaría: un día cogerse un autocar, meterse 12 horas de carretera para ir a ver un partido en una gradería y entender lo que es el Espanyol. Hay peñas como los Incansables que siempre han montado sus fiestas y veías que detrás de aquello había mucho trabajo. Hoy en día todo es muy fácil, marketing digital, camisetas y todos vamos en primera clase, pero esa gente que se pegaba sus ocho horas de autocar, tenía mucho mérito.

 

Me acuerdo que en una ocasión fui a Toledo, al Salto del caballo, en autocar, a ver un partido de fútbol y esto es un poco lo que es el Espanyol. Ahora está muy bien y me parece que los que están en la directiva están haciendo una buena labor en muchos ámbitos, pero me parece que es gente que no sabe lo que es el aficionado de a pie y eso de alguna manera se transmite.

 

– ¿Cómo ves al equipo? ¿Qué te parece el trabajo de Quique?

Tú no puedes opinar hasta que no estás viendo el día a día, por lo tanto mi opinión es de aficionado, pero creo que estamos exigiendo poco al equipo. Con el equipo que hay, con lo que se han gastado, tendríamos que exigir mucho más. El Espanyol tiene una cultura de jugadores currantes con dos o tres tíos brillantes y ahora tenemos a todos muy brillantes y creo que a este equipo le falta un poco de alma, de identidad.

 

– ¿Qué te parece el objetivo de estar, por segundo año, en el top ten?

A mí no me parece mal el objetivo de Quique, pero creo que se les puede exigir más. Tú no le puedes pedir a Torres Mestre que suba a la pelota, la centre y la remate, pero a este equipo, con los jugadores que tiene, le puedes pedir mucho más.

 

– Ese siempre ha sido un déficit del Espanyol, la falta de exigencia.

Pero hay que reconocer que siempre estábamos en la cuerda floja. Ahora no hay excusa porque se ha puesto orden económico y ahora la plantilla debería de ser más ambiciosa. Yo creo que hay que apostar por jugadores jóvenes con proyección y no por gente al final de su carrera, y si vienen viejas glorias, pues que vengan como aquel portugués, Paulo Sosa, que estaba medio cojo, porque vino medio lesionado, pero la tocaba de miedo. Los 60 minutos que jugaba, demostraba su calidad.

 

– ¿Cómo ves la postura del club de no entrar en disputas políticas?

Me parece perfecto, no tengo nada que añadir. Yo creo que lo bonito en el fútbol y en el deporte es que en un equipo puedan convivir todo tipo de ideologías. Me parece perfecto que se haya mantenido la postura a pesar de las presiones. Eso demuestra cómo somos los del Espanyol, que los tenemos bien colocados… otros van de más tolerantes pero a la mínima, todos a toque de pito a seguir lo que imponen.