La última de Bale pone de los nervios a Florentino Pérez: el secreto que agita al Real Madrid
No paran de llegar noticias que tornan cada vez más gris el futuro del jugador galés en la casa blanca.
Gareth Bale no vive buenos tiempos como futbolista. A sus constantes lesiones y contratiempos en el Real Madrid se unió, este lunes, la enorme decepción que supone que su país no acuda a un Mundial por primera vez en varias décadas. Gales ha estado a punto de conseguirlo, pero se dejó 'robar' la segunda plaza, que daba acceso a una esperanzadora repesca, en su grupo de clasificación, ante la República de Irlanda. Un resultado que pocos se esperaban.
Si Gales acabó sucumbiendo con todo a favor y en casa ha sido, en gran parte, por la enorme dependencia que tiene de los goles de Bale, quien no pudo estar por lesión. Unos goles y una participación que, sin embargo, cada vez se echan menos en falta en el Real Madrid. En la casa blanca se empiezan a acostumbrar al hecho de que Gareth esté de baja, algo que por desgracia para el extremo y para el club es lo más normal del mundo desde hace tres temporadas. Empieza a ser algo más que recurrente... y cada vez con lesiones que requieren más tiempo de recuperación.
A sus 28 años, Gareth está lejos de ser la gran estrella por la que Florentino Pérez pagó 100 millones de Euros al Tottenham en el verano de 2013. A pesar de que también se lesionó más de la cuenta, su primera temporada fue esperanzadora y positiva, ofreciendo un importante número de goles -varios de ellos decisivos- y un gran puñado de asistencias. Bale en forma apuntaba maneras, era un cuchillo difícil de parar para las defensas rivales. Ya en su segunda temporada, los equipos empezaron a saber cómo frenarle. Y eso, unido a su primer año de calvario con las lesiones, le hizo bajar de rendimiento.
La 2015-2016 supuso un pequeño repunte para un futbolista que, sin embargo, empezaba ya a estar muy marcado por sus problemas físicos crónicos: molestias y lesiones constantes en los sóleos de sus dos piernas, contratiempos musculares de diverso pelaje y un problema de espalda que es, en gran parte, causa mayor del resto de dolencias. En noviembre de 2016, una lesión en un partido de Liga de Campeones ante el Sporting CP en Lisboa que no parecía gran cosa acabó haciendo que el galés tuviera que pasar por el quirófano, y prácticamente ahí dijo adiós a la temporada del doblete. Llegó para disputar apenas unos minutos de la final de la duodécima, pero se puede decir que su contribución durante todo el curso fue más bien escasa.
Esta campaña la empezó desde el principio y con calma. Zinedine Zidane pretendía encontrar el origen de sus constantes problemas físicos e ir dosificándole, con el objetivo de que cogiese la forma y se lesionase lo menos posible. Pero ha sido en vano. Bale volvió a recaer de sus molestias en el dichoso sóleo, y ahora mismo se prevé que esté otra vez un mes de baja. No levanta cabeza y hace tiempo que tiene a gran parte de la afición descontenta y enfadada. Una situación que empieza a poner de los nervios a la directiva.
A Florentino Pérez le 'pitan' los oídos con Bale durante estos días. Cada vez son más los miembros del club que le instan a que se piense dos veces la posibilidad de venderle ante alguna buena oferta. El hecho de que se haya quedado fuera de la terna de candidatos al Balón de Oro por primera vez desde que es jugador del Real Madrid ha sido la gota que ha colmado el vaso. La Premier League y, más concretamente, el Manchester United llevan varias temporadas detrás de contratarle. Y al presidente blanco le intentan convencer de que Gareth nunca será el sucesor de Cristiano Ronaldo que él pretendió que fuese. La última lesión del futbolista parece haber acabado con la paciencia de muchos dentro de la entidad, y poco a poco están convenciendo al mandatario, que a día de hoy puede ser el último gran apoyo que le queda al extremo de Cardiff en la entidad. Veremos qué sucede el próximo verano.