La clave en la crisis del Real Madrid que señala directamente a Zidane (y a Florentino Pérez)
Técnico y presidente se enfrentan a la primera gran prueba de fuego sobre su modelo.
La victoria del Betis en el Santiago Bernabéu en el minuto 94, al estilo que hace no demasiado el Real Madrid practicaba de forma bastante habitual, provoca un conato de crisis en la casa blanca además de alejar al equipo a siete puntos del Barça en la Liga cuando ni siquiera hemos llegado a octubre. Este miércoles, el Real perdió su récord de anotación y Zidane su estrella, esa que le acompañó de principio a fin durante todo el curso pasado y fue, en gran medida, responsable de sus éxitos, sobre todo en la competición doméstica.
Pero esa 'estrella' del pasado curso, el técnico francés supo buscarla, trabajársela. La clave del Real Madrid 2.0 de Zizou, del equipo que hizo historia hace no muchos meses, fue la activación, puesta en marcha y éxito de un plan sin precedentes, que muy pocos aficionados habían visto antes en un equipo como el madridista: el convencimiento de que, para conseguir todos los títulos posibles, no bastaba con construir un gran equipo sino una gran plantilla; lograr que todos los miembros de la misma participasen mucho, tuviesen minutos y que el equipo mantuviese un nivel medio casi siempre igual jugase quien jugase. El concepto de 'equipo' y la solidaridad reinaron en la temporada más feliz que se recuerda. Y Florentino Pérez ha colaborado con todo ello con sus decisiones deportivas, muy alejadas de lo que siempre fue.
Se sigue dando por hecho que la intención de Zidane es mantener ese estilo, el suyo, el que le ha hecho convertirse en el entrenador de moda en el mundo. Pero los cambios que ha sufrido la plantilla este verano, que apenas son perceptibles en el equipo titular que casi todo aficionado del Real tiene en la cabeza, pero que sí es muy palpable mirando al banquillo, condicionan mucho las estrategias de rotaciones del entrenador francés. Empieza a ser evidente y constatable, con números en la mano, que esta temporada y por ahora, los suplentes, esa segunda unidad que, prácticamente, podríamos decir sin ánimo de equivocarnos que le dio más de media Liga al Real Madrid el año pasado, no cuentan igual en los esquemas del técnico. No suman como el año pasado.
De forma progresiva pero constante, Zinedine Zidane fue haciendo que el cambiar a seis, ocho o incluso nueve futbolistas de un partido a otro no supusiera una pérdida de partidos y/o puntos en la anterior campaña. Los efectivos que tenía en el banco daban para ello: Desde Pepe, central veteranísimo, pasando por los James Rodríguez, Mateo Kovacic, Lucas Vázquez, Álvaro Morata, Isco, Asensio... algunos, capitanes de Selección y otros, titulares en cualquier equipo excepto en el Madrid. Un once suplente de completas garantías que combinaba madurez, experiencia y juventud.
Futbolistas como el balear o el malagueño son, esta temporada, más titulares que suplentes, y esa mezcla de cambios de roles y de bajas concretas provoca que el banquillo actual esté compuesto por chicos de menor recorrido. Muy buenos sobre el papel, pero todavía no aptos para conformar por sí solos y en mayoría un once titular que garantice victorias contra casi cualquier equipo. Al menos, Zidane no debe verles todavía así, ya que el concurso de jugadores como Dani Ceballos, Achraf o incluso Marcos Llorente ha sido prácticamente testimonial. Borja Mayoral empieza a contar algo ahora, y de Jesús Vallejo no se tienen noticias debido a sus constantes lesiones. Sólo Theo parece haber entrado fuerte. Es evidente que, a día de hoy, la plantilla es peor que la del año pasado.
Zidane y Florentino Pérez se enfrentan, por tanto, a un reto mayúsculo, probablemente el más grande desde que el francés es entrenador del Real. Se encuentran a siete puntos del Barça apenas un mes después de iniciarse la competición, y deben debatirse entre forzar la máquina de los titulares ahora o seguir con su plan... si es que esa intención tienen. Urge, de un lado, que Zidane empiece a dar coba a todos sus suplentes, porque si no, el Madrid volverá al modelo tradicional de 'quemar' a sus mejores efectivos desde el principio y sin reservas, y llegar justo a la segunda mitad del curso sin un banquillo que garantice un nivel mínimo apropiado por falta de rodaje. Y si sigue confiando en su modelo, algo que todavía todos dan por hecho, seguramente cueste un precio en más derrotas o pinchazos. Y con todo, de momento no ha sido tan fiel a sus rotaciones como el año pasado. Es cierto que tan sólo llevamos seis partidos oficiales disputados, pero por algo será...