La estocada por la espalda (no contada) del PSG a Florentino Pérez en el último día de mercado

Los blancos no cedieron ante el gigante parisino tras los fichajes de Neymar y Mbappé.

El PSG terminó el verano en cuanto al mercado de fichajes como el gran protagonista de 2017. Los parisinos han marcado un antes y un después en la historia del fútbol, al ‘reventar’ cualquier récord de gasto conocido hasta la fecha con las contrataciones de Neymar (222 millones de Euros) y Kylian Mbappé (180 millones). Se trata de un órdago en toda regla hacia los grandes equipos de Europa, a los que, además de arrebatar fichajes deseados, también es capaz de quitarles futbolistas.

 

Y lo que hizo con Neymar en el Barça… el París Saint Germain pudo hacerlo también en el Real Madrid, aunque con un jugador de menor rango. Cuenta Okdiario que hasta el último momento del mercado, los galos trataron de convencer a Marcos Llorente para que fichase por el equipo dirigido por Unai Emery. Al igual que hizo media Europa y también media Liga, los franceses pensaron que el canterano escucharía sus cantos de sirena, al tener, previsiblemente, pocas opciones de jugar en la casa blanca.

 

El PSG estaba pensando en un sustituto para Thiago Motta, quien tiene ya 35 años y empieza a consumir sus últimos días de fútbol. Sin embargo, ni Marcos Llorente ni tampoco el Real Madrid cedieron ante la presión gala, y menos aún en los últimos momentos del mercado. Zidane dio orden de no dejar salir a nadie en los últimos días de la ventana de transferencias, dado que el club tampoco iba a llevar a cabo ninguna contratación. Pese a lo que muchos puedan pensar, Llorente jugará más de lo que parece.

 

Eso no quita que, si llegados al mercado de invierno su participación con el equipo sigue siendo nula o escasa, el futbolista y el club decidan que lo mejor es que salga cedido para tener minutos en otro sitio. Ahora bien, en ningún momento saldría de forma definitiva, y probablemente tampoco lo haría a un club rival directo en el espectro europeo. Llorente y PSG son, por ahora, un matrimonio complicado.