Los motivos ocultos por los que el vestuario levantó el veto a Luis Enrique

Los capos de la plantilla tienen al asturiano donde querían

Bingo. Con el agua al cuello ante la determinación de Luis Enrique de hacer el petate y salir pitando de Can Barça por haber sido ninguneado como en ningún sitio, Josep Maria Bartomeu puso en marcha un ronda de contactos con varios pesos pesados del vestuario, los más pesados, para limar asperezas con el técnico.

 

Un indulto del grupo, que unido al arrastre del presidente con el asturiano, ha servido para llenar los bolsillos al técnico que seguirá, por el momento, en el club hasta 2017.

 

La relación de los Piqué, Busquets, Messi, Neymar con el asturiano ha ido de menos a más en este tramo final de temporada por un único motivo: el grupo sabe que con Luis Enrique hacen y deshacen a su parecer.

 

El asturiano ha abierto la cartera y  ha aceptado su rol de summiso. No se atreve a toser a los grandes. Y desde que el presidente de leyó la cartilla la alineación es la que toca. La lógica. Sin experimentos. Ni inventos. Las rotaciones son consensuadas a través del segundo, Unzué, que traslada los descansos con mucha mano izquierda y casi pidiendo permiso. En definitiva, es el vestuario del Barcelona el que tiene el control del equipo en el campo y fuera. Una forma de actuar que, además, ha funcionado.

 

Messi es feliz - ha desbancado a Cristiano y recuperado el respeto del técnico-, Neymar es feliz -con Luis Enrique sus privilegios que han equiparado mucho a los de Leo-, Suárez es feliz -entiende que su estatus está aún por debajo del los dos grandes cracks, pero se está convirtiendo en un intocable- y el resto vive/disfruta de la felicidad de los tres motores de ataque.

 

Además, el grupo se siente amos y señor del vestuario. Entiende que Luis Enrique es el referente a ojos del barcelonismo, pero conoce mejor que nadie que los que cortan el 'bacalao' son ellos.