El Juez Único de la LFP ratifica el descenso del Elche y su ¿desaparición?

Su jugador Aarón Ñíguez reconoce estar "jodido" y en auténtico "estado de shock", después de lograr la permanencia en el campo

Resultaba un secreto a voces y ahora se ha hecho oficial. El Juez Único ha decidido el descenso administrativo del Elche o lo que es lo mismo la permanencia del Eibar en Primera.

 

No hubo sopresa y Manuel Rivero, Juez Único de Disciplina Social de la Liga de Fútbol Profesional, dictaminó que el Elche baje a Segunda División por no haber aportado el certificado positivo de la Agencia Tributaria.

 

Los ilicitanos presentaron un pagaré conformado para como garantía de su deuda líquida, de casi 3’6 millones de euros y había acordado un calendario de pagos avalados para el resto de la deuda, pero la resolución de Rivero se ha basado en que las cantidades pendientes con el erario público no estaban saldadas y tampoco se había garantizado el resto de la deuda a partir del 28 de julio, fecha del pagaré conformado presentado por el presidente Juan Anguix.

 

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en el vestuario franjiverde y su jugador Aarón Ñíguez reconocía estar “muy jodido, en estado de shock”. El delantero natural de Elche explicaba que se encontraba muy “dolido y triste por todo lo que hemos luchado, después de estar sancionados para fichar y sin cobrar. Y pese a todo conseguimos el objetivo de la permanencia por esto, la noticia es muy dolorosa”.

 

Los jugadores del Elche llevaban sin cobrar desde enero, 5 meses, además de no percibir el premio de la permanencia del año pasado.

 

“Creo que la justicia por la mala gestión de cuatro directivos no debería pagarla los jugadores y la afición”, apuntaba Ñíguez.

 

El club ya conoce la decisión del juez y está dispuesto a agotar todas las vías a su alcance para seguir en Primera División.

 

El descenso administrativo condena al Elche a una situación límite y puede provocar su desaparición por la imposibilidad de completar la ampliación de capital de 14 millones de euros con la que iba a hacer frente a la deuda con la plantilla y el resto de acreedores.