Zidane se mete en un lío bestial tras ganar la Supercopa: el 'soplo' que pone en alerta al Madrid

El técnico francés va a tener que medir muy bien la gestión de la plantilla después de este nuevo título.

Cuando uno espera las alineaciones del Real Madrid de Zidane, pocas veces se lleva ya una sorpresa a la hora de esperar o no cambios de un partido para otro. El técnico francés ha implantado con éxito un arduo sistema de rotaciones que, desde el año pasado, hace que la afición apenas se sobresalte si ve cuatro o cinco caras distintas de miércoles a domingo. Pero pocos esperaban las sustituciones que el entrenador realizó este miércoles contra el Barça en la vuelta de la Supercopa.

 

Zidane metió a Kovacic, Asensio y Lucas Vázquez de inicio. El croata ya fue titular en el Camp Nou e hizo un partidazo, pero como jugó en sustitución del sancionado Luka Modric, se esperaba que Zizou volviese a su medio campo habitual con el nuevo '10' blanco, Kroos y Casemiro. El brasileño, indiscutible para el galo, se quedó en el banco. Extraño, teniendo en cuenta su importncia ante rivales del empaque del Barcelona. Lo de Lucas Vázquez no se lo esperaba nadie, ya que sin Cristiano Ronaldo disponible todo apuntaba a que Zidane volvería a jugar en 4-4-2 y con Benzema y Bale en ataque.

 

Pero no fue así, y el gallego ocupó, junto al '9' francés y a Asensio, los tres puestos de ataque. Probablemente, al futbolista que el Bernabéu esperaba con mayor ilusión era al balear, que no defraudó. Con su golazo espectacular en el minuto 3 de partido no sólo abrió la lata, sino que puso el choque muy cuesta abajo para el Madrid y cocinó un ambiente propicio de goleada. Es increíble cómo este chico ha tumbado definitivamente la puerta de la titularidad en el primer equipo, a base de una calidad a raudales, muchísima eficacia, acciones decisivas, desborde, goles y la capacidad de hacer sentir a todo el mundo que, si nadie le frena, a su edad empieza a ser candidato serio a ocupar el 'Top 3' mundial y luchar por el Balón de Oro y la categoría de mejor jugador del mundo. Ya no es descabellado pensarlo.

 

 

Y precisamente, dándole la titularidad a Asensio (y con sus declaraciones de los últimos días) Zidane da a entender precisamente eso, que no piensa frenar a su diamante en bruto más preciado. Algo que va directamente en contra de un Gareth Bale que ayer no disfrutó de un sólo minuto. Pudo salir en un segundo tiempo que le hubiese beneficiado, con el choque convertido en un correcalles, el Barça arriesgando en campo rival y muchos espacios para que el Madrid corriera en cada contragolpe, pero el técnico no lo estimó oportuno. Si todo sigue así y Gareth no remonta, Asensio ya es su principal 'enemigo' dentro de la plantilla y amenaza seriamente con desbancarle de la titularidad. Ayer nadie en el Bernabéu se acordó del galés.

 

La papeleta es dura para Zidane, que volverá a rotar al máximo para hacer que todos los jugadores de la plantilla se sientan imporantes (ayer debutaron Theo Hernández y Dani Ceballos), pero al que cada vez le costará más mantener la tensión competitiva del equipo con los cracks y los más veteranos. Cada encuentro será un auténtico lío para el francés, al que le siguen respaldando los títulos, los éxitos, el cariño de la gente, del club y de casi todos los jugadores... y el 'torrente' Asensio, un torbellino que ahora mismo es imparable, para él y para cualquiera.