Pellegrini no aprende: ¿A quién votó como mejor entrenador de la Premier?
El chileno sorprendió con sus declaraciones
El chileno Manuel Pellegrini ha sido noticia estos días, tras finalizar el campeonato de la Premier League, y no precisamente por los rumores que le sitúan fuera del Manchester City. El técnico del cojunuto 'Citizen' desveló que votó al portugués José Mourinho como mejor entrenador del año en Inglaterra. Un hecho cuanto menos curioso, ya que, aunque el luso se ha proclamado campeón de la Premier con el Chelsea, es conocido que ambos no se llevan demasiado bien.
"Soy parte de la Asociación de Entrenadores de la Liga y voté a Mourinho porque sé que su trabajo ha sido muy bueno", se justificó el sudamericano. El destino de Pellegrini y Mourinho lleva coincidiendo en el mismo campeonato muchos años, y se remonta a los tiempos de Mou en el Real Madrid, en los que Pellegrini entrenaba al Málaga, justo después de su año en el club blanco, precisamente relevado por el de Setúbal.
Precisamente, con su voto, el chileno ayudó a Mou a ganar un trofeo que él no logró obtener cuando ganó tanto la Premier League como la Copa de la Liga hace dos temporadas. Pero parece no importarle demasiado. "No puedo explicar qué pasó el año pasado, así que no pienso demasiado en eso. No creo que mi opinión sea muy importante", dice.
"La temporada pasada no fui elegido como mejor entrenador, pero fui muy feliz con lo que conseguimos. Hemos ganado dos títulos jugando un muy buen fútbol y marcando muchísimos goles", añade. Ahora, sin embargo, Pellegrini está en la cuerda floja tras un año difícil con el City. Finalmente logró enderezar algo el rumbo del equipo en la liga con un segundo puesto, pero después de un inicio de 2015 muy complicado, en el que el equipo perdió esa posición y además fue claramente superado un año más en la Champions League, ésta vez a manos del Barcelona.
"No sé cómo se toma la decisión, pero si ellos eligen a otro entrenadores es su elección", sentencia el técnico. Pellegrini nunca ha sido polémico, salvo muy contadas excepciones. Un carácter que parece que no cambia incluso cuando toca apelar al orgullo personal.