La otra verdad del Barça de la 2015-16: la planificación está bajo mínimos

Mientras se trabaja con fuerza en la llegada de un estandarte para Bartomeu para las próximas elecciones, Luis Enrique ya ha confesado que ni ha hablado con la entidad sobre la próxima temporada

La planificación de la temporada 2015-16 está bajo mínimos en el Barcelona. Si bien es cierto que el club no podrá hacer efectivo ningún fichaje hasta enero del año que viene a causa de una sanción de la FIFA, la aparente falta de actividad puede condenar las opciones de sumar nuevos títulos para una plantilla que se prepara para firmar el segundo triplete de la historia de la entidad barcelonista. Luis Enrique ya ha confesado que ni siquiera ha hablado con el club sobre la próxima campaña. En el trasfondo, estaría su intención de marcharse con un portazo o bien de exigir un director deportivo de su plena confianza si apuesta finalmente por cumplir por lo menos el año que todavía le resta de contrato.

 

No han faltado las especulaciones sobre posibles incorporaciones que estarían cerradas o casi a punto de cerrarse, como la del centrocampista alemán Ilkay Gundogan. Algo que por un lado podría significar que desde la entidad ya se lleva tiempo trabajando con la idea en mente de que el astuariano pueda renunciar a su puesto o que, por el momento, esas hipotéticas llegadas no pasan más que de una mera posibilidad, siendo generosos.

 

El papel que está teniendo el italiano Ariedo Braida en todo esto ha levantado ya algunas suspicacias. El teórico director deportivo internacional del Barcelona, según sospechan algunos, estaría demasiado centrado en buscar un estandarte para la candidatura del actual presidente, Josep Maria Bartomeu, con vistas a las próximas elecciones en el seno del club. Se trataría de cerrar, o de por lo menos dar por cerrada, la llegada de un jugador ilusionante, alguien fácilmente reconocible. Al fin y al cabo, más o menos lo mismo que hizo Joan Laporta hace casi 12 años con las negociaciones confirmadas por el propio Manchester United para fichar al inglés David Beckham. Al final, quien ficharía por el Barça, su estandarte, sería Ronaldinho.

 

En el caso de Bartomeu, la gran apuesta parece ser un Paul Pogba por el que ha estado suspirando media Europa y que podría dejar unos 100 millones de euros en las arcas de la Juventus. El agente del futbolista, el controvertido Mino Raiola, representante a su vez del sueco Zlatan Ibrahimovic, difícilmente pondría demasiadas trabas a entrar en este tipo de juego electoralista. Al fin y al cabo, ya aseguró no hace demasiado tiempo que su representado nunca firmaría por el Real Madrid. Le va el cuerpo a cuerpo y muy posiblemente se sentiría como pez en el agua en un escenario como el que se ha descrito.