¿Por qué el Barça no fichó un lateral diestro de garantías cuando podía?
Mala planificación: con la sanción de la FIFA firme, el verano pasado se tiró la opción de Juan Cuadrado y la llegada de Douglas se convirtió en un parche de emergencia que se ha revelado insuficiente
El año pasado, por estas fechas, el Barça ya sabía que no podría hacer efectiva la incorporación de ningún futbolista hasta enero de 2016, debido a una sanción de la FIFA por supuestas irregularidades en la incorporación de varios jóvenes jugadores para la cantera azulgrana. La junta directiva incluso indicó que podían permitirse hacer una fuerte inversión para refozar al equipo, con los 90 millones de euros que se pagaron al Liverpool por Luis Suárez, por ejemplo, teniendo en cuenta precisamente que no se podría incorporar jugador alguno durante dos periodos de fichajes.
Además del delantero uruguayo, llegaron dos porteros (Claudio Bravo y Marc-André ter Stegen), dos centrales (Jeremy Mathieu y Thomas Vermaelen) y un centrocampista (Ivan Rakitic). A última hora, además, aterrizaba un lateral derecho brasileño, Douglas, cuyo fichaje por el Barça causó una gran sorpresa, casi estupor, en Brasil. Las intensas negociaciones para traer a la entidad azulgrana al colombiano Juan Cuadrado se quedaron en nada. Al final, el defensa de la Fiorentina fichó por el Chelsea durante el pasado mercado de invierno. Su falta de adaptación tanto al club como a la vida en Londres, no obstante, podrían acabar facilitando que aterrizara en el Camp Nou el año que viene.
Durante mucho tiempo el club azulgrana pujó aparentemente con fuerza por Cuadrado sólo para acabar tirándose del carro a última hora. En la entidad ya sabían que Dani Alves acababa contrato al año siguiente y se temían que las negociaciones con el lateral brasileño no iban a ser nada fáciles. De ahí que el sorprendente aterrizaje de Douglas pareciera más un parche de última hora que otra cosa. Su debut, además, no fue precisamente dorado. Incluso tuvo que soportar las burlas de sus propios aficionados. Ahora, con Alves fuera, serán él y el otrora defenestrado Montoya quienes deban defender el carril derecho barcelonista, siempre y cuando el técnico de turno no opte por cambiar de banda a Adriano. Una mala planificación deportiva que un equipo que aspira a hacer historia puede pagar muy cara el año que viene.