Lo que Mourinho no puede contar del "no" del United al Madrid por De Gea (que será "sí")

El club inglés ya ha empezado su particular 'partido' para torpedear, en la medida de lo posible, el fichaje.

Sin duda alguna, David de Gea se va a convertir, otra vez, en el gran culebrón del verano para el Real Madrid. Mbappé o Theo Hernández no lo son, o no lo serán, porque en sus casos la situación está mucho más clara y la voluntad de los futbolistas es vestir de blanco. También la del cancerbero del Manchester United, pero a diferencia de los dos primeros, De Gea no está en posición (ni tiene la intención) de volver a declararse en rebeldía como hace dos veranos.

 

Todo apunta a que el gran deseo de Zidane de disponer de toda la plantilla al completo, también con las caras nuevas, para los primeros días de trabajo en julio, no podrá consumarse. No al menos con el guardameta, aunque si el Madrid gana la Champions League habrá una Supercopa europea muy morbosa a principios de agosto en la que el ex rojiblanco podría jugar contra su próximo equipo, o bien hacerlo con el nuevo y frente a sus ex compañeros. O no jugar. En cualquier caso, las últimas noticias apuntan a un "no" por parte de los Diablos Rojos a una oferta de 69 millones de Euros del Real por el jugador. Tiene su explicación.

 

 

Y es que el equipo inglés no puede abrirse a negociar así como así, lo cual sería un gesto de evidente debilidad ante su afición y en un proceso que se plantea muy importante, ya que hablamos de uno de los mejores porteros del mundo. Como cualquier negociación por un fichaje de los denominados 'Galácticos', De Gea vivirá numerosos capítulos y todavía estamos en las primeras fases. Por supuesto que el Manchester United quiere retenerle, pero si no puede hacerlo tratará de retrasar al máximo y sacar la mayor tajada posible por el fichaje.

 

Tajada que, en última instancia, incluirá a futbolistas del Madrid. Morata y James son los grandes objetivos de Mourinho en el vestuario madridista y seguramente sus nombres aparecerán en algún momento en las negociaciones. Con la final y el inicio de las vacaciones todavía es pronto. Eso sí, el Madrid es consciente de que no podrá aguantar tanto como en 2015.