El dato sobre la mesa de Zidane para 'cargarse' a la BBC (y la 'rajada' de Cristiano)

Los tres delanteros titulares del Real Madrid en Nápoles quedan como los grandes señalados por el partido.

Alarma. Esa es la sensación que queda entre la afición del Real Madrid después de ver el nefasto primer tiempo que el equipo blanco completó en Nápoles. Sin duda, uno de los peores ratos de fútbol de la temporada por parte de los chicos de Zinedine Zidane. Sin control del juego, sin un plan capaz de contrarrestar las acometidas de un equipo italiano que le dio un baño en fútbol e intensidad a los merengues en los primeros cuarentaicinco minutos, y dando síntomas de agobio y frustración a la hora de achicar espacios y sacar balones de las inmediaciones de la portería de Keylor Navas.

 

 

Es verdad que fue una primera mitad que se olvidará. Primero porque se pasó de ronda, y en gran parte por los dos goles salvadores del 'bombero' de siempre, Sergio Ramos. Pero puede que dentro de todo esto haya algo que sí que quede grabado en la retina de la afición, y por supuesto también de Zinedine Zidane, que tiene un problema: debe recuperar la mejor versión de la BBC, sin duda la línea del equipo más 'retradada' por el choque de este martes en San Paolo. O al menos, recuperarla al 50 o al 60 por ciento. Porque ahora mismo no está.

 

 

Cristiano Ronaldo, Bale y Benzema formaron juntos en la delantera, algo que han podido hacer muy pocas veces en los últimos meses. Con el portugués en plena crisis goleadora y lejos de su mejor versión física, el francés completando su segunda peor temporada desde la de su debut, y el galés recién salido de una lesión que le ha tenido tres meses en el dique seco, la desconexión entre ellos y con el resto del equipo fue enorme. En partidos como el del Nápoles se necesita y se espera a una BBC enchufada, eléctrica y comprometida atrás, con capacidad para presionar arriba y asociarse con el centro del campo. Nada de esto sucedió, y el Real Madrid se convirtió en un equipo excesivamente largo, incapaz de juntarse y muy superado a la espalda de Casemiro.

 

Sirva de ejemplo que en todo el choque, Cristiano, Bale y Benzema tan solo se pasaron siete veces el balón entre ellos. Y dentro de esos siete pases, el luso y el galés no conectaron ni una sola vez. No hubo noticias de ellos en ataque en los noventa minutos, salvo por el balón al poste de CR7 en una acción aislada de la primera mitad (recibió un pase en profundidad de Benzema, el mejor de los tres dentro de su mal partido en San Paolo). Muy poco bagaje para una delantera que hasta hace bien poco estaba considerada como la mejor del mundo.

 

Zidane lo vio, como todos. Su confianza en la BBC es plena. Necesita tenerla. Sabe que lo que tiene arriba es lo mejor del equipo, y que debe recuperarlo para optar a los títulos. Pero poco a poco va obteniendo argumentos que le invitan a tomar decisiones. Movimientos tácticos que, por otro lado, son tremendamente complicados para cualquier entrenador del Real Madrid, porque implican 'tocar' a los intocables y destapar una caja de truenos peligrosa para el vestuario. Por cierto, que la frase del propio Cristiano Ronaldo poco antes de saltar el equipo al césped para comenzar la segunda mitad ("No sabemos defendernos"), dirigida al resto del equipo, dará que hablar, porque supone una 'ruptura' entre el ataque y el resto de sus compañeros. Hay debate.