La incorporación de Odegaard rompió el encanto del Castilla

La llegada del noruego coincidió con la pérdida de opciones de ascenso. Los líos con Zidane tampoco han ayudado

Aterrizó como una de las mejores promesas europeas del año y con la vitola de futuro gran futbolista, pero de momento no está pudiendo mostrar su talento. Martin Odegaard tendrá que acarrear con las 'culpas' de haber quebrado la armonía existente en el filial del Real Madrid a partir de su llegada en el mercado invernal. Fue caer en el Castilla y el equipo ha bajado su rendimiento hasta quedarse sin opciones de ascender de categoría.

¿Coincidencia? Es inevitable pensar en una relación entre ambos sucesos, sobre todo si uno es de los que no cree en las casualidades, aunque desde luego puede haber casualidad, y desde luego no toda la culpa será de Odegaard. Lo difícil en este tipo de disertaciones es encontrar un punto intermedio que no entre en el ventajismo, aunque aun así podemos encontrar detalles que, sin duda, desviaron la atención de los chavales del filial sin querer. Para empezar, el revuelo que se armó con el fichaje del nórdico, seguido de su sueldo, de estrella y nada que ver con los que se cobran en Segunda B (1,2 millones con sólo 16 años).

Odegaard llegó a la altura de la jornada 21 del campeonato en la categoría de bronce. Entonces, el Castilla era colíder de su grupo y ahora es noveno. La racha: Cuatro victorias, seis empates y seis derrotas en sus últimos 16 encuentros, y una evidente falta de adaptación del noruego, que además ha jugado mucho. 

Tampoco ha ayudado el vaivén con Zidane y sus líos con el título de entrenador. Entre medias de la temporada, denuncias y viajes del francés para culminar sus prácticas. Y fichajes que no han cuajado, como el del finlandés Markkanen.

A todo esto, Odegaard sigue prefiriendo entrenarse con los mayores, algo que exigió por contrato para aterrizar en la casa blanca. El verano espera y no parece que otro año en Segunda B vaya a hacerle mucha gracia... con o sin Zidane.