Guardiola responde a los recaditos que le envían desde la cúpula del Bayern

El técnico se ha cansado de los vaivenes que experimenta el discurso de los grandes símbolos del conjunto alemán en función de los resultados de su equipo

La derrota ante el Barcelona en el Camp Nou fue especialmente dura para Pep Guardiola. No sólo por la contundencia de la misma. El técnico ya se ha hartado de que los pesos pesados del Bayern le envíen sus particulares recaditos cuando las cosas no salen todo los bien que esperan. Los mismos que lo ponían por las nubes después de derrotar por 6-1 al Oporto, cuando parecía que el 3-1 encajado en la ida iba a ser del todo definitivo, han vuelto a cargar contra sus decisiones.

 

Franz Beckenbauer, el que fuera gran defensa alemán y actual presidente de honor del Bayern, fue especialmente ácido a la hora de valorar una de las apuestas del entrenador durante el duelo: el cambio de atacantes. En su opinón, que Mario Götze entrara por Thomas Müller fue "un cambio incomprensible". Y no se quedó ahí. También hubo cera para Götze, no hace tanto gran ídolo germano por el gol que le dio el título mundial a Alemania en Brasil. "Sabemos que un gran jugador, pero a veces sus movimientos me parecen los de un juvenil, que se queda parado cuando pierde en el uno contra uno. No puede comportarse así en el Bayern. Ya va siendo hora de que madure", ha asegurado Beckenbauer en declaraciones a la filial alemana de Sky.

 

Oliver Kahn, mientras, ha cargado contra la táctica que dispuso el entrenador del conjunto bávaro. "En líneas generales, no ha funcionado para nada. Es realmente aventurado marcar al hombre atrás. Guardiola quizá no habrá esperado tantos pases largos del Barcelona", ha ironizado el ex portero alemán.

 

Guardiola empieza a estar muy cansado de estas salidas de tono de cara a la galería. Está convencido de que su equipo todavía puede darle la vuelta a la eliminatoria, a pesar de que no logró el objetivo de marcar en el Camp Nou. O, por lo menos, de que peleará y será capaz de dar la cara hasta el final. Pero, para ello, insiste en que hay que cerrar filas y estar unidos, ser una piña. Algo que los grandes tótems del Bayern no parecen estar demasiado por la labor de cumplir.