Alarma James: Apaleado en Colombia y bajo presión de 'match ball' en Madrid
El colombiano vuelve de la concentración de su Selección más cuestionado y criticado que nunca, y los próximos partidos pueden acabar de definir su futuro.
James Rodríguez tiene un serio problema... y el Real Madrid, por añadidura, otro. Lo que hasta ahora había sido siempre un alivio para el jugador colombiano, acudir a las convocatorias de su selección, también empieza a convertirse en una pesadilla. La derrota del combinado cafetero por 3-0 ante Argentina en la madrugada del miércoles llena de piedras el camino hacia Rusia 2018 y las críticas se han centrado en el mediapunta blanco y en su mal momento, del que también se ha contagiado con su país. Hasta ahora, pese a jugar poco y ser irregular en España siempre se reivindicaba en Colombia, donde, además, muchas veces aprovechaba para 'reclamar' más protagonismo con su club desde la distancia, con actitudes y declaraciones muchas veces equivocadas.
Pero ahora ya ni eso le sirve. James tiene que aguantar cómo la prensa de su país ha terminado aceptando su mal momento. Califican 2016 como "su año perdido" y destacan que está tenso, impreciso, más preocupado por batallar y enfrentarse a todo y a todos que por desplegar su incuestionable calidad. Justo lo que le está pasando en el Real Madrid donde, agobiado por la falta de minutos y oportunidades, intenta tumbar todas las puertas por la vía rápida cada vez que Zidane le ofrece minutos. A veces le sale con alguna buena asistencia, pero en la mayoría de las ocasiones apenas aporta algo de lucha física, justo lo que menos se espera de él.
Así que James está más presionado que nunca. Y enfadado. Se nota en cada gesto. Ante Argentina se las tuvo con algunos futbolistas albicelestes, como Mercado, y después se fue a buscar al árbitro en el túnel de vestuarios. No es para nada su estilo y se debe a que está lógicamente presionado. No le ve salida al túnel en el que se empezó a meter hace ahora justo un año, y que le mantiene atrapado en un 'quiero y no puedo' dentro del vestuario madridista, donde cuenta con el apoyo de sus compañeros pero le sigue faltando algo de confianza por parte del entrenador.
En España, la situación de James se analiza desde un punto de vista cada vez más distante, de mayor preocupación. Cada vez son más los expertos que ven poco probable que pueda salir de esta espiral de mal juego, falta de oportunidades y poco protagonismo. Sobre todo, porque la experiencia con jugadores de primer nivel enfrascados en este tipo de problemas dentro de la entidad merengue dice que no suele pasar. Pero hay quienes todavía guardan esperanza. De su potencial, eso sí, nadie duda. Sólo de su cabeza. Y lo cierto es que cada vez le queda menos tiempo.
No hablamos de una salida en el mercado de invierno, pero sí un temor creciente en el entorno del jugador: si James no tiene un solo minuto de protagonismo en alguno de los choques señalados como 'partidos clave' para la temporada de aquí a diciembre, quedará prácticamente sentenciado su futuro fuera del club al final de la temporada. Hablamos del derbi del próximo sábado ante el Atlético de Madrid; del Clásico de principios de diciembre contra el Barcelona, así como de los dos partidos absolutamente trascendentales ante el Sporting de Portugal y el Borussia Dortmund, donde los blancos se juegan pasar a octavos de final de la Champions y, finalmente, del Mundial de Clubes de Japón, antes de que termine 2016.