La intrahistoria del derbi sevillano: con líos en los dos vestuarios

Tanto Poyet como Sampaoli predican una cosa y sobre el campo sus equipos hacen todo lo contrario

El Betis tuvo que remontar el partido contra Granada, después de que el equipo de Jémez se pusiese 0-2 en el marcador en el Villamarín. El delantero Alexander Alegría se convirtió en el protagonista con sus dos goles que permitieron a los locales empatar. Pero Gustavo Poyet aún tiene muchas dudas respecto al equipo y los últimos partidos no ayudan a despejarlas.

 

Una situación similar atenaza a Jorge Sampaoli en el Sevilla. Los andaluces se adelantaron en casa del Eibar, pero el pundonor de los armeros, que acabaron el partido con nueve, les permitió empatar y dejó al Sevilla ante una sonrojante estadística: encadena una racha negativa de 21 encuentros consecutivos en la Liga sin conseguir el triunfo como visitante. El equipo andaluz no gana fuera de su estadio desde el 23 de mayo de 2015 cuando se impuso por 2-0 al Málaga.

 

Así que ni uno ni otro se planten en el derbi con optimismo. Todo lo contrario. Tanto  Poyet, como Sampaoli no encuentran con la tecla que impulse a sus equipos y mientras de cara a la galería predican un estilo, sus equipos en el campo hacen todo lo contrario.

 

El Sevilla echa de menos tres cosas: la pólvora de años anteriores, la dirección de Banega y la fortaleza en la medular de Krychowiak. El Betis no tiene fortaleza en la medular, no encuentra un pasador que ponga de gol a sus delanteros y en defensa, salvo Durmisi, no convence a nadie.

 

Problemas para ambos conjuntos en un derbi en el que no vale hacer prisioneros y que quien pierda quedará muy tocado, porque las dudas se verían amplificadas y agravadas.