Así empezó la España de Lopetegui su camino a Rusia 2018: 5 cosas que aprendimos

La Roja se impuso con claridad a Liechtenstein. La vieja España dominó una primera parte insulsa. La nueva, un segundo tiempo con goles.

No tendrá Julen Lopetegui la ventaja en próximas convocatorias de saberse debutante en el banquillo de la Selección y, por tanto, protagonista de un doble compromiso en el que los elegidos venían con más ganas de lo normal para agradar al nuevo seleccionador. Con el tiempo, esta nueva España se asentará para bien o para mal (pinta que para muy bien) y para entonces el técnico ya tendrá a sus fijos, con un bloque que modificará mínimamente y con una serie de debates públicos a su alrededor sobre si éste o aquel tendría que ir convocado. Será entonces cuando los futbolistas no se tomarán partidos como el de este lunes frente a Liechtenstein con tanto apremio e interés, y se limitarán a cumplir expediente como tantas veces vimos en el pasado y también en la primera mitad de este inicio de la andadura de la Roja camino al Mundial 2018. Una segunda mitad notable pensando en lo escasamente motivador del rival y las fechas, con seis goles, puso un marcador bonito y un broche de oro a este estreno de Lopetegui, que por ahora parece haber convencido a todos de su plan: evolución en lugar de revolución, con los jóvenes tomando el poder poco a poco e ilusiones renovadas. Estas son las claves del choque:

 

Un primer tiempo sin historia: Los primeros 45 minutos recordaron a la España de siempre, si es que consideramos que la historia de este equipo comenzó realmente en 2008. Un conjunto que cumplía en cuanto a posesión y manejo del encuentro, que se adelantó pronto con un tanto de cabeza de Diego Costa (¡al fin!) para que los nervios no imperasen si la apertura de la lata no llegaba. Pero precisamente ese gol hizo que los nuestros lo viesen todo tan fácil que pusieron el automático, reduciendo la primera mitad a una sucesión de pases infinita con más o menos acierto y casi nunca con la velocidad necesaria para romper las dos líneas de hombres del equipo centroeuropeo.

 

Lopetegui abre el sistema: El vasco había alineado prácticamente al mismo equipo que contra Bélgica, con los cambios de Morata por Diego Costa arriba y Sergi Roberto por Carvajal. Contra Liechtenstein, como casi siempre en la era Del Bosque, jugar con cinco en el centro del campo y un solo punta concentraba demasiado el juego por dentro y minimizaba las sorpresas. El técnico reaccionó metiendo a Nolito en la segunda parte y jugando con dos extremos, algo que no se recordaba desde los tiempos de Camacho y que probablemente solo veremos en noches como esta. El resultado fueron nada menos que siete goles en unos segundos 45 minutos en los que, además, las ganas por seguir anotando fueron palpables en un grupo de jugadores que, en su gran mayoría salvo Busquets, Silva o los centrales, no han vivido la grandeza de la era dorada de la Roja y quieren su cuota de protagonismo.

 

 

Un asunto de 'dobletes': Silva, Costa y Morata hicieron dos tantos cada uno. Mención especial para los dos goles del de Lagarto, que de esta forma se quita dos pesos de encima: de un lado demuestra que sirve para esta nueva España a pesar de no ser un delantero hecho para equipos que no jueguen al espacio, que se va adaptando y que cada vez participa más del juego. Morata, por su parte, solo necesitó unos pocos minutos para hacer un par de goles rápidos nada más saltar al césped. La Roja le sienta de maravilla, incluso mejor que el Madrid por ahora. Silva se ha erigido en el abanderado del estilo en esta nueva etapa y además tiene algo que su predecesor, Xavi Hernández, nunca tuvo: mucho gol. De hecho, es el máximo anotador en activo de esta Selección.

 

Los que hicieron méritos para volver: el primero, desde luego, Vitolo. Fue de lo mejor en Bélgica y volvió a serlo ante Liechtenstein abriendo el campo por ambas bandas. Incombustible e inspirado en el regate, vendrá muy bien como recurso 'eliminador' de rivales. Sergi Roberto se consolida junto a Carvajal como lateral y probablemente verdugo de Juanfran, y Koke y Thiago salen reforzados con un Lopetegui que por fin parece haberles encontrado no solo un sitio, sino también una función y un lugar de rendimiento.

 

Italia: La 'azzurra' medirá nuestro nivel actual, pero eso ya será en octubre, en un duelo en el país transalpino que además será clave para el devenir del grupo y de la clasificación para el Mundial. Nos echaron de la Eurocopa en un repaso que tardaremos en olvidar, de modo que habrá ganas de revancha y, por tanto, más motivación a utilizar por Lopetegui favorablemente. Buena noticia. Al menos, nos hemos reenganchado con la Roja.