La (cruda) realidad que esconden los fichajes veraniegos del Sevilla

Pese a los éxitos internacionales, el club sigue siendo vendedor y todo depende de la Champions

El Sevilla atraviesa una etapa de transición, después de que el vestuario sufriera la agitación de las importantes bajas (Gameiro, Banega, Krychowiak, etc.) y del cambio del entrenador, Emery por Sampaoli. El equipo busca de nuevo consolidarse y la prueba de fuego de esta nueva etapa está en los resultados que coseche en la Champions, siendo capaz de mantener el tipo en la Liga.

 

El conjunto hispalense lleva en los últimos años en la cresta de la ola con los últimos títulos de la Europa League, la presencia por segunda vez consecutiva en la máxima competición continental y siendo en el campeonato doméstico un conjunto puntero.

 

Pero estos éxitos no esconden que la realidad del Sevilla es la ser un equipo vendedor. No puede retener a sus mejores valores y cada temporada debe de encontrar nuevas perlas en el mercado. Una situación que reconoce el propio director deportivo Ramón Rodríguez Verdejo Monchi y que justifica por motivos económicos.

 

La búsqueda de nuevos cracks y conseguir figuras por el sistema del préstamo. "Es una herramienta que te permite traer jugadores que no puedes comprar por su nivel salarial", ha afirmado Monchi sobre una plantilla que en esta temporada (y estando en Champions) cuenta con hasta cuatro cedidos en la actual plantilla: Nasri, Sirigu, Kranevitter y Vietto, sólo éste último con opción de compra, de 20 millones.

 

Una situación que recuerda que no había tantos cedidos desde la temporada 2000-01, una época más complicada para el Sevilla, que solo podía permitirse jugadores libres o cedidos. Los tiempos han cambiado (para mejor) y la economía no es ya guerra, pero la fórmula a grandes rasgos es la misma y las razones también, las financieras.