Así empezó la ilusionante España de Lopetegui: 5 cosas que aprendimos

La Roja inicia su nueva andadura con una exhibición de juego en Bruselas y dos goles de Silva, el mejor del partido. Hacía tiempo que no se jugaba tan bien.

Este viernes, puede que sólo los aficionados del Real Madrid echen pestes del amistoso de la Selección que, una vez más, volvió a dejar una víctima del virus FIFA en las filas blancas. La lesión de Álvaro Morata fue la única mala noticia de un partido brillante de esta nueva Roja de Julen Lopetegui, que se estrenaba en un escenario nada cómodo como el Rey Balduino de Bruselas. No se recordaba un despliegue de fútbol, control y seriedad con y sin balón de España desde hacía tiempo, ni siquiera en la Eurocopa antes de la doble debacle ante Croacia e Italia. Silva fue el timón de un equipo que apunta a nuevos tiempos con Thiago y Koke convertidos en referencia y una actitud renovada que recuerda a los inicios de la era Aragonés, aunque esto es solo el principio. Estas fueron las claves que aprendimos en el estreno de Lopetegui con el equipo nacional:

 

Mismo dibujo, nuevos actores. Del Bosque había apostado por un sistema 4-3-3 en los últimos tiempos, un plan que hasta ahora nos había dado más disgustos que alegrías. Tras la pérdida del doble pivote Busquets- Xabi Alonso España no ha logrado encontrar a los futbolistas adecuados para guiar el juego por dentro, esos 'escuderos' del mediocentro del Barça justo por detrás de los puntas. Lopetegui, que logró el título en el Europeo sub 21 de 2013 con un cuarteto de centrocampistas formado por Thiago, Koke, Illarramendi e Isco, tiró de los dos primeros para juntar un medio campo fuerte en el toque, resistente en la circulación y no demasiado endeble en las transiciones defensivas (algo que veremos más adelante, ya que Bélgica apenas nos creó problemas). Si bien el hispano brasileño y el del Atlético eran ya jugadores habituales en la Roja parece que con el nuevo entrenador van a pasar a ser protagonistas. Habrá que ver qué sucede cuando regrese Iniesta y Lopetegui pueda convocar a Isco, del que ha reconocido que está en sus planes.

 

 

Los dos conceptos 'recuperados' para la Roja. Presión alta y constante y juego por bandas. Son dos aspectos que España perdió hace mucho tiempo, fruto de la perfección progresiva en el juego de posesión, que en un momento determinado hizo que no hiciesen falta para ser mejor que el resto. Pero el equipo construido entre 2006 y 2008 se basaba en ellos para cimentar las victorias. Hacía muchísimo tiempo que no veíamos a la Roja robar tantos balones en campo contrario, algo que provocó numerosas ocasiones. Y la gran novedad en el once, Vitolo, junto al también repescado Carvajal, le dieron a la banda derecha española una profundidad escandalosa. De ahí partieron los dos tantos, ambos de Silva, a través de un desmarque de ruptura del extremo del Sevilla y un penalti sobre él.

 

Silva. El futbolista del City completó un choque excepcional. Tanto en los controles como en la circulación, el pase corto y la búsqueda de espacios. Además, estuvo inspirado con el gol. A día de hoy sigue siendo insustituible en este grupo, un veterano de primer nivel con una serie de 'esbirros' de altura por detrás. Saúl, por ejemplo, debutó con la absoluta y seguramente ante Liechtenstein lo hará Marco Asensio, sin duda dos chicos llamados a cumplir con ese rol de agitadores (con permiso de Lucas Vázquez) en esta nueva andadura de la Selección.

 

Y para colmo, gran partido de Diego Costa. El hispano brasileño ha vuelto cuando muchos pensaban que España le había desechado para siempre. Y jugó sus mejores minutos con la Roja. Lo hizo en sustitución de un Morata cuya integridad física, no obstante, no parece peligrar para los intereses del Madrid, ya que se retiró por precaución al sentir una contusión fuerte en el muslo. Se movió bien, abrió espacios, ayudó en la presión y le faltó algo de paciencia en los desmarques para no caer en fuera de juego. Si Lopetegui le recupera habrá conseguido muchas cosas en poco tiempo. No demasiados confiaban en que el principio fuese tan ilusionante.