La fiesta de Piqué, Messi y Fàbregas escuce en el Barcelona como pocas

"Cuando desacreditas a un entrenador -por Bartomeu- y le das la razón al futbolista -por Messi- no puedes pedirle al cuerpo técnico que imponga su voluntad. No tienen fuerza"

Aunque la vida de los jugadores, como bien dijo Piqué "es privada", en el club hay quien piensa que hay vidas y vidas. Según ha podido saber este medio en el Barcelona no ha gustado un pelo la imagen de Cesc, Piqué y Messi la madrugada del domingo en el Hotel Arts de Barcelona, previo paso por el Casino de Barcelona donde, fuentes presenciales, y medios ingleses, explican con todo tipo de detalles que la noche se alargó hasta que el cuerpo dijo basta. 

 

Unas imágenes, la de los tres jugadores, que en el club creen que ponen en seria duda la credibilidad de los futbolistas a ojos del socio/aficionado tras el discurso de abatimiento por la derrota ante el Málaga y que no son, sin duda, el mejor ejemplo de como encarar un parido decisivo, 48 horas después, ante el Manchester City, en Champions, ni la imagen que debe ser proyectada al barcelonismo.

 

En este sentido, fuentes oficiales aseguran que el malestar en el club por la 'fiestecita' es de aúpa. Se culpa a los jugadores por la falta de discreción/picardía -"Hay futbolistas que parece que vivan en un mundo aparte", señalan- y por haber elegido un momento "delicado" tras una derrota muy dolorasa para el culé y en víspera de un encuentro -en Manchester- crucial para las aspiraciones del equipo esta temporada.

 

Estas voces oficiales, además, no dudan en señalar el suceso como "uno más" de los muchos ejemplos que cuentan que Luis Enrique ha perdido toda autoridad ante algunos futoblistas que no dudan en "desafiar al técnico" con pulsos que saben que tienen ganados de antemano. "Son libres de hacer lo que quieran en su vida privada, pero no tocaba. Esto con otro técnico no habría pasado. No habrían tenido 'pelotas'".  "Cuando desacreditas a un entrenador -por Bartomeu- y le das la razón al futbolista -por Messi- no puedes pedirle al cuerpo técnico que imponga su voluntad. No tienen fuerza", explica un miembor del club.

 

"El vestuario -continúa la misma voz oficial- está en manos de la autogestión. Los jugadores deciden. La comunicación entre técnico y plantilla es nula. No hay broncas, ni reprimendas. No la hubo tras caer ante el Málaga, ni las habrá. Unzué es el único que se acerca a los 'capos' para mediar y parar algunos golpes. El vestuario está hecho unos zorros. Si la pelota no entra, todo se irá a tomar viento".