Guardiola le pasa la mano por la cara al Barça donde más duele a Luis Enrique

La irrupción del Manchester City en el fichaje de Gabriel Jesus provoca indignación en los despachos del Barça.

Existe indignación en la zona noble del Camp Nou por la interferencia de Pep Guardiola en la operación Gabriel Jesus, excesivamente radiada y radiotelegrafiada, pero nunca rematada por el club azulgrana. El FC Barcelona invirtió mucho tiempo y dinero en asegurarse la incorporación de la emergente estrella brasileña. Envió a Brasil a Raúl Sanllehí, André Cury y al propio Robert Fernández para verle en acción y negociar su pase. Los primeros tanteos estaban ya hechos y el Palmeiras aceptaba el ofrecimiento del Barça de fichar al jugador para dejarlo cedido un año en Brasil. 

 

El Barça apuntó la negociación, pero no la remató. Y Pep Guardiola, consciente de la situación, se ha metido por medio presionando al jugador vía telefónica hasta convencerle de que en el Barça no iba a jugar en vista del nombre de sus tres delanteros titulares y que en el Manchester City podría hacer historia con la titularidad garantizada.

 

En la triste política de fichajes puesta en marcha por el FC Barcelona en los últimos años, Gabriel Jesus era el fichaje ilusionante, otro Neymar en la plantilla. Y así se lo aseguraron desde los despachos a Luis Enrique: Gabriel Jesus será el fichaje de campanillas que tenemos reservado para esta temporada. A la hora de la verdad ni Gabriel Jesus, ni Nolito, ni Laporte, nji Marquinhos, ni Bellerín, ni André Gomes, ni Gameiro y, al paso que vamos, ni Vietto. Y a cambio, conserva en su plantilla a jugadores a los que no quiere ni ver. Luis Enrique está que trina.