Ibra, al Barça: "Quiero ir al Madrid, pero tenéis que decírselo vosotros"

Zlatan Ibrahimovic es, sencillamente, la ferocidad hecha delantero. Tanto dentro como fuera del campo. La guerra abierta que tuvo con Pep Guardiola estuvo muy a punto de provocar una hecatombe de grandes proporciones: acabó fichando por el Milan, pero, según ha revelado el propio jugador en su autobiografía, llegó a pedir que lo traspasaran al Madrid de Mourinho. Una reacción con la que se cobró su particular venganza. Al final, su venta al club rossonero, con la amenaza de acabar vestido de blanco de por medio, supuso que el club barcelonista perdiera 30 millones de euros.

El enfrentamiento con Guardiola llegó a su máxima expresión en agosto de 2010. No quedaba más opción que traspasarlo. Sandro Rosell, que se estrenaba en la presidencia del Barcelona, tenía una auténtica patata caliente entre manos. La respuesta de Ibra cuando le preguntó a qué equipo quería ir le dejó sin palabras: el Real Madrid. "Me has hecho una pregunta y te doy una respuesta. Y estoy feliz de decirte que en el Madrid es el único equipo en el que me veo jugando. Me gusta Mourinho pero tenéis que llamarles y decírselo a ellos. ¿Está bien?", asegura el atacante del PSG que le reiteró al entonces máximo dirigente azulgrana.

La única opción que contemplaba Rosell era traspasarlo al Milan. El club azulgrana empezó las negociaciones pidiendo unos 55 millones de euros por el sueco. Al final, mientras Ibrahimovic y su agente tensaban la cuerda casi hasta lo indecible, el futbolista fue vendido al conjunto italiano por unos 20 millones de euros, 35 menos de los que pedían inicialmente y 50 menos de lo que pagaron al Inter para ficharlo. Algo de lo que se vanagloria el propio delantero sueco en su autobiografía. De una forma u otra, tuvo su venganza. "Gracias a una sola persona, mi precio inicial había caído 50 millones. Y yo podía irme al Milan, que es lo que quería", sentencia Ibra en su libro.