Las verdaderas intenciones de Morata en su primer encuentro con Zidane

Álvaro Morata ya está de vacaciones. El delantero tendrá unos días de descanso antes de regresar a Valdebebas después de dos años alejado de la que fue su casa, todavía con la resaca de un final nefasto de Eurocopa del que, al menos, él ha podido sacar algo positivo en clave personal. Sus tres goles en cuatro partidos de competición le confirmaron como una realidad a nivel internacional.

Sin embargo, un asunto perturbará su cabeza de aquí a su incorporación a la primera plantilla del Real Madrid a principios de julio. Morata no sabe aún si empezará a trabajar con el equipo blanco para quedarse o volver a hacer las maletas. Ha dejado claro que no quiere retroceder en su progresión como futbolista, que quiere continuar su carrera hacia arriba, y que por tanto no aceptaría un papel comparsa en el Madrid. Pero quizá se esté exagerando el tema hasta límites insospechados.

Según algunos medios, Morata exigirá muchas cosas a Zidane, pero otros aseguran que el francés intentará convencerle para que se quede en una primera toma de contacto entre ambos que se antoja fundamental, y que le hará ver que aunque no sea titular de primeras, será muy importante en la temporada.

“Morata viene al Real Madrid con muchísimas ganas, con una ilusión bárbara, con ganas de hacerlo bien y ganarse el puesto y sin intención de imponer nada a Zidane, al que respeta profundamente. Es uno más de los 23 que van a hacer la pretemporada y parte en las mismas condiciones aunque ha crecido mucho últimamente y está más hecho. Entiende que el sueldo mejore en comparación con el pasado”, explica Nacho Peña, periodista de El Chiringuito de Jugones. Es exactamente la intención del ya de nuevo madridista.