5 claves para entender por qué perder con Georgia (puede) no ser un fracaso

¿Palo a la credibilidad de la Roja antes de la Eurocopa o simplemente un tirón de orejas que vendrá bien? Analizamos lo que dio de sí el sorprendente encuentro en Getafe.

España pretendía darse un baño de masas justo antes de emprender el viaje a Francia para regresar, o esa esperanza tienen no pocos aficionados y el combinado nacional, con la tercera Eurocopa consecutiva para la Roja y la cuarta de su historia. Pese a que se sabe que no partimos como favoritos aunque tengamos que defender el doble título y la hegemonía que ostentamos desde 2008, y pese a que esta selección está en pleno proceso de maduración e incluso en formación todavía, los últimos meses y partidos amistosos habían despertado de nuevo la ilusión, especialmente los dos últimos partidos contra Bosnia y Corea. Pero lo que ha sucedido esta noche en Getafe despertará las dudas y, según en qué sectores de la hinchada, el pesimismo. Pero, ¿realmente perder contra Georgia es un fracaso? Lo analizamos

 

1. Sin la lucidez de los dos últimos partidos. El fracaso en el pasado Mundial 2014 tuvo su onda expansiva, y costó mucho volver a reconocer a una España que jugase a lo que ha sabido jugar desde 2008 y que creyera en sí misma. Pero poco a poco, la fase de clasificación nos fue asentando en base a una nueva generación de jugadores, apoyada por las viejas glorias que todavía están en edad y en momento de aportar. Parecía que en los últimos encuentros, esa mezcla entre el paso del tiempo, la cicatriz de las heridas, la consolidación de los nuevos y el ensamblaje de los 23 elegidos estaba fabricando una selección que volvía por sus fueros. Sin embargo, a Georgia solo le bastó con cerrarse de forma ordenada y ser disciplinada en las ayudas por fuera y por dentro para anular por completo a la Roja. Sin imaginación, no fuimos capaces de inventarnos un plan B.

 

2. Algunos jugadores clave no están. Preocupan varios de los que, supuestamente, van a ser parte de nuestra columna vertebral. Especialmente gris fue el choque de Cesc Fábregas en la primera parte. El mediapunta del Chelsea no ha hecho una buena temporada, y si está en la Roja es por su peso específico dentro del grupo, pero su estado de forma es alarmante. No ayudaron nada los excesos de confianza de un Thiago Alcántara al que le faltan kilómetros con la selección y, sobre todo, no arriesgar tanto en su fútbol. El del Bayern es un mago y se nota en cada acción en la que participa, pero tiene que acostumbrarse a que España vive del fútbol de toque tranquilo y no de la floritura en cada metro del campo. Eso cuesta pérdidas. Tampoco Koke acaba de mostrar lo que es en el Atlético con el combinado nacional.

 

 

3. Nolito, sin espacios. Lucas, voluntarioso. El extremo del Real Madrid debutó, así que fue la noticia más destacada del partido en cuanto a novedades. Y sin hacer un partido sobresaliente estuvo activo y fue de los que más intentó generar peligro durante la primera mitad. Un desborde con su sello por la derecha provocó la jugada más vistosa y peligrosa de todo el partido, con un centro que Aduriz remató fuera por muy poco. Sin embargo, el hombre que había sido el mejor en ataque en los últimos dos partidos de España se encontró demasiado cerrado en la banda izquierda, sin posibilidad de desbordar, y se perdió entre el mar de piernas georgianas durante todo el encuentro.

 

4. Georgia, una roca defensiva. Los visitantes apenas cuentan con una nómina de victorias en su historia y una de ellas será contra España, algo que podrán recordar para siempre en el país vecino. Los georgianos fueron el ejemplo perfecto de combinado ultradefensivo. Pero en base al orden y a ir sintiéndose cada vez más fuertes por el resultado, acabaron desesperando a España. Jugadores muy metidos dentro de su área, ayudas constantes y atención en rechaces y segundas acciones fueron las claves del triunfo de Georgia que, por cierto, apenas disparó a puerta. De hecho, su gol llegó tras un regalo de Jordi Alba en defensa. 

 

5. Iniesta y Silva, la esperanza... y que esto sea un aviso. Las lecturas negativas dirán que en cuanto nos crucemos con un rival complicado nos vendremos abajo. Las positivas, que este partido servirá para despertar a la selección y hacer que no se confíe. Lo único cierto es que con 20 minutos de Iniesta y Silva sobre el césped casi llegó el empate, y que, además, el futbolista del Barça llega en un momento de forma especialmente dulce. Y a este nivel, es uno de los mejores del mundo, así que tenemos ese factor diferencial que muchas otras selecciones no tienen: un jugador crack mundial, capaz de resolver encuentros.