Así llegan Atlético y Madrid: La Champions puede con las revanchas
Ninguno quiere jugar pensando en lo que pasó en el último año
Vuelve la Champions. Sólo el hecho de comprender esta corta frase explica mejor que cualquier otra cosa la sensación de buen rollo existente en la inmensa mayoría de oficinas y lugares de trabajo de media España este martes. Especialmente en Madrid. Los cuartos de final del torneo futbolístico más ilusionante y atractivo del planeta abren con un derbi madrileño y europeo, continuación de la finalísima que los dos equipos jugaron en Lisboa hace menos de un año. Pero lo más curioso es que por nadie pasa el sentimiento de revancha (20:45 horas, TVE).
Y es que la Liga de Campeones es capaz de aparcar cualquier preocupación rutinaria. También las futbolísticas de ambos protagonistas, con sus dolores de cabeza propios en el plano nacional, cada uno los suyos. Jugar en Europa supone un mundo de posibilidades y alegrías sin límite. Algo así como el niño que vive un último día de curso pero cada dos semanas a partir de abril y mayo.
En este sentido, y volviendo al apartado de revanchas, cuesta explicarle al seguidor neutral por qué ninguno de los dos equipos quiere pensar esta noche en rencillas pasadas. La consigna del Atlético es tomarse la eliminatoria como una partida nueva sin pensar en Lisboa, precisamente porque el recuerdo es una bofetada en su historia. Al Madrid tampoco le interesa escudarse en la capital lusa y en su idilio con esta competición. La gloria del minuto 93 ha dado paso a una oscura etapa de fracasos contra el eterno rival de la ciudad que los de Ancelotti quieren enmendar, empezando por este miércoles.
Así que, aunque pueda sonar a broma, cada uno está satisfecho por lo conseguido hasta ahora, en cierto modo. Al seguidor atlético le alegra la última racha de seis choques sin perder ante los blancos, victoria tras victoria del 'Cholo' en la pizarra frente a 'Carletto'. Ante esto, el madridista sigue recordándole -con cierto alivio- que el partido importante lo ganaron ellos. Lo que venga ahora determinará los chistes de los próximos meses, al menos.
Precisamente de pizarra será un nuevo enfrentamiento entre dos concepciones distintas de ver el fútbol. Ancelotti y Simeone tienen una cosa en común, se empeñan en no variar sus estilos, y en el caso del argentino es más comprensible que en el del italiano, que tendrá que defender de nuevo públicamente la viabilidad del 4-3-3 ante rivales de tronío. Gareth Bale se aplicará en defensa como hizo en el Camp Nou hace pocas semanas y la duda será ver cuánto le aguanta la gasolina al Madrid con este sistema, que zarandeó al Barça durante 45 minutos y acabó hundiéndose después. Apunten un dato fundamental: Estarán Modric y James, responsables de la notable mejoría en vigor en la medular y alegría en el juego. Por si acaso, Isco y su magia esperarán en el banquillo.
El Atlético desplegará sus armas de siempre: Motivación para ganar al Madrid, intensidad, rapidez y verticalidad en cuanto los chicos de rojiblanco roben el balón. El Calderón rugirá de nuevo para guiar a los suyos pero no se engañen, ninguno de los dos entrenadores detestaría un empate. Acuérdense de que esto dura 180 minutos. Malo para el espectáculo a corto plazo, bueno para mantenernos como ese niño que vive su último día de curso hasta la semana que viene.