Desmontando a Luis Enrique: vestuario y directiva disparan con bala a Lucho

No hay modelo. La plantilla no le habla. El equipo vive de fogonazos

Neymar está cabreado. Messi lleva así desde enero. Piqué no sabe a que juega el Barça. Xavi, tampoco. Iniesta no está, ni se le espera. El vestuario es un polvorín que clama contra las 'neuras' de un técnico que se sabe con los dos pies fuera del Barça el 30 de junio pero que quiere salir por la puerta grande: Champions, Liga y Copa. Complicado.

 

El Barça sigue vivo en las tres competiciones pero pocos son los que se jugarían el jornal a que se las lleva. Las sensaciones no son buenas.

 

Luis Suárez reveló en la Cadena Cope que "un día me quedé yo en la posición de ‘nueve’ durante un partido y Leo (Messi) me dijo: “Quédate por ahí”. Después el entrenador vio que habíamos tenido una buena solución y empezó a probarlo”. Las palabras del uruguayo ejemplifican lo que está pasando en el Barça: el equipo no sabe a lo que juega. No hay jerarquía en el banquillo. Viven de fogonazos -jugadas de estrategia y la enorme calidad de sus estrellas- pero hasta ahí. El modelo Barça, muere. La mejor dupla de todos los tiempos en azulgrana, Xavi/Ineista, ha pasado a mejor vida, y jugadores como Piqué no se esconden :"¿Pero que hace?, exclamó esta temporada ante varios cambios incomprensibles del asturiano.

 

El asturiano está dejando claro que no se casa con nadie. El model Barça que tantas glorias ha dado al club está en peligro de extinción en sus manos. Como en el Clásico, o ante el Celta, el equipo juega sin centro del campo, sin pausa y sin posesión del balón.

 

Este Barça vive de fogonazos. El equipo azulgrana está sabiendo amortizar las jugadas a balón parado a falta de otras herramientas. Los tres puntos sumados en Balaidos sobre la bocina y la distancia de cuatro con el Madrid fueron los principales argumentos para defender a un equipo, el de Luis Enrique, irreconocible y vulgar durante gran parte del encuentro. Unos argumentos que frente al Sevilla volaron: están a dos y no hubo gol salvador de estrategia.

 

El estilo que maravilló al mundo y que consiguió los mayores éxitos de la historia del club azulgrana no está y algunos jugadores, como Messi, incluso Neymar, empiezan a sentirse incómodos sobre el terreno de juego.

 

Los primeros 45 minutos del Barça ante el Celta fueron una calamidad. Ni control ni juego, ni intensidad ni nada. Frente al Almería: goles sin fútbol. Luis Enrique ha optado por un camino complicado que puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Jugadores como Messi ya han advirtido a Bartomeu que no se quedarán otro año más bajo las órdenes de 'Lucho': o él o nosotros. Así de simple. El argentino y los suyos creen que la disposición táctica del aún entrenador azulgrana perjudica las opciones de un Leo que, ante rivales de entidad, desaparece del campo.

 

Unos argumentos que son compartidos por una gran mayoría en el entorno culé/directiva que opina que las ideas de Luis Enrique no tienen base sólida: vive de la suerte y de la calidad individual, una realidad que pierde consistencia ante oponentes serios. Así, advierten estas voces, va a ser muy complicado mantener la ventaja en la Liga y hacer un papel digno en la Champions. La Copa será a cara o cruz. El Barça no va.