La enganchada de Luis Enrique con un periodista que le deja retratado

Semana horrible, y no sólo por las derrotas: la imagen del Barça, por los suelos gracias a Alves, Neymar y Luis Enrique.

El FC Barcelona presume de valores, de una serie de virtudes que deben adornar a todos sus deportistas como embajadores que son del club transmitiendo su imagen al mundo. En las últimas horas los valores del Barça han sido puestos en tela de juicio por tres de sus protagonistas más destacados. Empezó Dani Alves faltando el respeto a la afición del Barça disfrazándose de mujer en un vídeo colgado en Instagram en el que venía a decir que no pasa nada por quedar el equipo eliminado de la Champions. "Sólo era un partido", decía. Luego Neymar estropeó la imagen del Barça ante el mundo con sus malas maneras mostradas ante el Valencia, liando tanganas y llegando a lanzarle una botella a la cara a Barragán. Y, finalmente, Luis Enrique ha puesto el colofón a una semana en la que los valores han brillado por su ausencia en el FC Barcelona.

 

Un periodista le preguntó a Luis Enrique en la rueda de prensa de ayer, tras el Barça-Valencia, por la incidencia que puede haber tenido la preparación física en el bajón del Barcelona en el mes de abril. Una pregunta coherente y perfectamente válida dentro de este clima entrenador-periodistas en el que Luis Enrique se queja de preguntas superficiales. La pregunta era clara y directa, pero molestó al técnico, que hubiera preferido una sesión de baño y masaje ante los periodistas. Su respuesta fue especialmente desafortunada: "¿Cómo ha dicho que es su apellido?". "Víctor Malo", fue la respuesta del periodista de Diario Gol. "Bien, siguiente pregunta".

 

Es la imagen que ofrece quien ostenta el honor de ser el embajador número uno del club. Si ya conocíamos a un Luis Enrique desagradable y pendenciero en la victoria, en la derrota se ha multiplicado su crispación. Ve fantasmas por todas partes, gigantes donde sólo hay molinos, y se pone la venda antes de sufrir la herida. De hecho lleva un año con la venda puesta, por si acaso. Lo cierto es que flaco favor le hace al club su entrenador si en su comparecencia ante los informadores debe recurrir a la descalificación para responder preguntas que no dejan de ser lógicas. Mejor no imaginar cómo reaccionaría Luis Enrique ante una pregunta capciosa de verdad.