La línea medular del Barcelona ha perdido su tradicional trascendencia
Se echan de menos los goles marcados por la llegada de la segunda línea, una de las señas de identidad del club, con el bache de Iniesta como ejemplo de esta pérdida de peso anotador del mediocampo
Era un clásico del Barça de Guardiola. Las llegadas de la segunda línea a las inmediaciones del área rival eran del todo letales. Xavi, por ejemplo, llegó a batir su récord anotador en la Liga en una de las temporadas en las que Pep estuvo al frente del equipo. Ahora, en cambio, ese recurso tantas veces utilizado por el conjunto barcelonista ha perdido prácticamente todo su fuelle en la Liga. Los goles son cosa de los delanteros. Lógico, tendiendo en cuenta que en punta juegan Neymar, Luis Suárez y Leo Messi. Entre los tres han marcado 60 de los 85 tantos logrados por los de Luis Enrique en el campeonato de la regularidad. El resto de delanteros, Pedro, Sandro y Munir, suman ocho. Los defensas, Piqué, Mathieu, Bartra y Jordi Alba, acumulan ocho más. Los centrocampistas, en cambio, a pesar de estar más cerca del portero rival, suman siete entre los cuatro anotados por Rakitic y los solitarios tantos marcados por Xavi, Rafinha y Sergio Busquets.
Es curioso comprobar que Rakitic, la gran novedad en el centro del campo del Barcelona este año, es su jugador del centro del campo con mayor efectividad ante la portería contraria. Encarna, por el momento, esa llegada que solían tener Xavi y, sobre todo, Andrés Iniesta. El centrocampista manchego, en cambio, está en plena travesía del desierto. Su poca aportación en la Liga, con cero goles y cero asistencias, lleva ya un tiempo siendo motivo de sangrantes bromas. Iniesta sólo ha conseguido marcar con el equipo azulgrana en la Copa. También es cierto que ahora se desempeña en la que fue inicialmente su zona natural, la medular, cuando con Guardiola llegó a jugar habitualmente en la banda izquierda del ataque.
A Iniesta le está costando mucho reencontrarse con su perfil más decisivo esta temporada. Incluso hay quien le acusa de que su juego no aporta la fluidez suficiente desde el centro del campo y hay que confesar que en ocasiones el equipo de Luis Enrique ha recurrido incluso al fútbol directo, algo que no hace tanto era poco menos que nombrar al maligno. La delantera azulgrana, desde luego, es del todo demoledora. Messi suma 33 goles en la Liga, Neymar, 17, y Luis Suárez, 10 más. Pero, cuando el rival se cierra y no deja casi ni respirar a los delanteros, ese antiguo empujoncito que daban los compañeros de la medular sería absolutamente bien recibido. Sobre todo, ahora que ha empezado la fase decisiva del campeonato.