Vuelve a haber movida en el vestuario del Barça con Luis Enrique
El ambiente no es el más adecuado para rematar la temporada ganando la Liga y la Copa del Rey.
Quince meses después de solucionar el cisma de Anoeta, que sirvió para enfilar al FC Barcelona en la senda del triplete, el vestuario del Barça vuelve a estar revolucionado y Luis Enrique cuestionado por sus propios jugadores, que ponen en tela de juicio alguna de sus decisiones, planteamientos tácticos y cambios. Tampoco parece que la labor del psicólogo Joaquín Valdés, uno de los hombres de confianza del técnico, haya servido para mucho en su obligación de reanimar a una plantilla que parece haber perdido la fe en sus propias posibilidades.
Lo cierto es que Luis Enrique está viviendo sus peores días en el Barça desde el suceso de Anoeta en enero del año pasado, cuando llegó a estar más fuera que dentro del club. Los jugadores comienzan a desconfiar de sus decisiones, la pizarra no descubre nada y su actitud hacia algunos jugadores, como Marc Bartra, empieza a conseguir un sentimiento de solidaridad hacia él. En sus comentarios postpartido, los futbolistas le echan en cara que no sabe ganar los partidos desde la pizarra y que todo lo fía a lo que hacen los tres de delante por inspiración divina, que los cambios son muy previsibles y siempre son los mismos porque no se atreve a tocar a los tres de delante, y cuando le da un ataque de entrenador, como cuando coloca a Piqué de delantero centro, el experimento suele acabar saliendo mal. Pero lo que peor encaja un sector importante de la plantilla es su manga ancha hacia los comportamientos de Neymar, mientras que a otros sí se atreve a ponerlos a raya, lo que empieza a traducirse en la sensación de que en la plantilla del Barça hay jugadores de primera y de segunda.
También existe la convicción de que si el Barça está en disposición de ganar la Liga y la Copa es porque el Real Madrid facilitó mucho las cosas con sus errores burocráticos y de política deportiva. Cada vez es más palpable que el ambiente que se respira en el vestuario del Camp Nou no es el más adecuado para rematar la temporada ganando la Liga y la Copa del Rey.