"Y ahora..." El desafío que se marca el vestuario del Madrid en la Champions

Superado el Wolfsburgo, con las pilas cargadas y la moral por las nubes, se abre un nuevo horizonte para el equipo dirigido por Zidane.

Una vez que el Real Madrid se dio un auténtico baño de masas ante el Wolfsburgo y logró remontar la eliminatoria de cuartos de final, toca pensar en lo que viene. Y eso no es otra cosa que el sorteo que el próximo viernes decidirá el próximo rival de los blancos en semifinales de la Champions League. El vestuario ya sabe que no podrá equivocarse de nuevo, y que el rival que venga será duro, se llame como se llame. Pero todo lo que ha ido sucediendo en las últimas dos semanas ha cambiado radicalmente el sentir del plantel.

 

Existe un optimismo que antes resultaba imposible. Controlado, pero lo hay. No olvidemos que hace sólo un par de semanas el Real Madrid estaba nada menos que a 12 puntos del Barcelona en la Liga y su fútbol no invitaba a pensar en grandes gestas. Ahora, afronta una semana en la que en el peor de los casos podría seguir viendo a los culés a cuatro unidades en el campeonato doméstico y a buen seguro les verá sufrir de lo lindo ante el Atlético en la Champions, pase lo que pase. Más desgaste físico para la plantilla azulgrana y para la rojiblanca, por supuesto. Muchas opciones de salir beneficiados por algo, en definitiva.

 

El Madrid no hace cábalas. No tiene favoritos. Ni para semifinales, ni para la final. Sí existe alguna preferencia como la que Cristiano dejó tras el partido ante el Wolfsburgo en zona mixta, deseándole suerte al Benfica ante el Bayern, pero poco más. Eso sí, el vestuario se ha conjurado para terminar la temporada lo mejor posible y, si se puede, con la undécima. Y desde luego para poner toda la carne en el asador en la próxima ronda de la máxima competición Continental.

 

Venga quién venga, ahora que pase el siguiente. Esa es la consigna. Si son Barça o Atlético incluso mejor, por la ansiedad que generan las finales españolas y el componente histórico y peligroso de las mismas, pero sin que sea algo imprescindible. Ese es el nuevo reto de los hombres de Zidane a partir de ahora.