Luis Enrique pasa factura y echa de menos los fichajes que no le trajeron

El técnico ya se esperaba este bajón de juego en el momento más inoportuno, pero no le trajeros los refuerzos que pidió para remediarlo.

Cuando Luis Enrique se puso pesado exigiendo fichajes en el mercado de invierno sabía lo que hacía y por qué lo exigía. La temporada pasada las rotaciones le permitieron llegar al final de la temporada con el equipo en un óptimo nivel de juego y de poderío físico. Luis Suárez no entró en juego hasta noviembre, Neymar era sustituido constantemente y hasta Messi vio algún partido desde el banquillo. Esas decisiones le costaron a Luis Enrique un divorcio evidente con sus estrellas que estuvo a punto de acabar en cataclismo. Pero la situación pudo reconducirse aceptando el técnico las condiciones de los jugadores, que pasaban por jugar siempre.

 

Y en estas circunstancias, Luis Enrique era consciente del riesgo que corría de llegar al tramo final y decisivo de la temporada muy justo de gasolina. Los cracks, los que más juegan, han bajado su rendimiento y Luis Enrique echa ahora de menos los fichajes que reclamó y que no le trajeron. Mira al banquillo y no encuentra a ningún revulsivo. Los refuerzos de Arda Turan y Aleix Vidal no han funcionado y no consiguen entrar en el engranaje del Barça, en donde no es fácil encajar. Ninguno de los dos fue reclamado por Luis Enrique, aunque sí bendijo su contratación, y lo que pidió el técnico, los refuerzos de confianza, no le han llegado. Y ahora Luis Enrique pasa factura. "Ya os avisé". El técnico espera que a partir de ahora su opinión tenga más peso que la de quienes dirigen las finanzas del club, que fueron los que desaconsejaron reforzar el equipo en enero. "¿Para qué, si somos los mejores?". El bajón de juego del Barcelona en las últimas semanas ha respondido a esa pregunta.