La factura de UNICEF y su beneficio virtual le sale cara al Barcelona

El Barça destina 4,5 millones de euros a UNICEF mientras se le comen los intereses de una deuda global que supera los 300 millones de euros.

Hace nueve años la directiva del FC Barcelona presidida por Joan Laporta pidió a los socios del club en asamblea su aprobación para que los diferentes equipos de la entidad lucieran publicidad en la camiseta, algo que no había sucedido jamás. Y los socios dijeron que sí alarmados por la dramática situación financiera que, en palabras de Laporta, exigía la incorporación urgente de un ingreso que sólo podía proporcionar la publicidad en la camiseta.

 

Joan Laporta se puso a buscar un sponsor que pagara lo que costaba la inmaculada camiseta del Barça hasta entonces, pero no lo encontró. Se fue a China, a Macao, a Corea, a Estados Unidos... Hasta llegó a tantear a una casa de apuestas que luego patrocinaría al Real Madrid. Pero nadie pagó lo que valía la camiseta. Y Laporta asumió su fracaso dándole la vuelta a la tortilla y manchando la camiseta, como había prometido, con publicidad, pero publicidad que iba a ser de pago y no de cobro, como había prometido. La situación económica heredada de Joan Gaspart dejó de pronto de ser dramática y ya no sólo no era necesario el ingreso del patrocinador de la camiseta sino que incluso el club podía permitirse el lujo de pagar para que alguien se anunciara junto al escudo del Barça.

 

Y así llegó UNICEF al Barça, como consecuencia del fracaso de decenas de negociaciones con sponsors que no estaban dispuestos a pagar lo que el Barcelona consideraba que valía su camiseta. Y UNICEF llegó cobrando. Laporta vendió el tema explicando que la relación del Barça con UNICEF generaba un beneficio intangible a su imagen y transmitía una corriente positiva de simpatía en los cinco continentes. Así se justificó que lucir UNICEF en la camiseta le costara dinero al Barça de Laporta. Y también al de Rosell y al de Bartomeu.

 

Este año el FC Barcelona, a través de su fundación, destinará tres millones de euros a proyectos que UNICEF tiene en Nepal, Bangladesh e Indonesia. De esta manera se facilitará el acceso a la educación a niños de dichos países en situación económica precaria. Con esta aportación el FC Barcelona destinará un total de 4,5 millones de euros a UNICEF en el presente ejercicio.

 

Por supuesto que acciones encaminadas a ayudar a niños de paises subdesarrollados que lo pasan mal merecen siempre el aplauso incondicional, pero alguien debería preguntarse en el Barça si un club con una deuda global que supera los 300 millones de euros está en condiciones de hacer donativos desinteresados al tercer mundo mientras se le comen los intereses por lo que no paga a los bancos. Quizá sería el momento de plantear a los socios y propietarios del club en la próxima asamblea si desean que el FC Barcelona se convierta en una ONG que, además de ganar títulos, se posicione como el abanderado de la ayuda a la población infantil mundial en dificultades.