El Barça se acostumbra a ganar sus partidos a balón parado

Luis Enrique ha aportado la estrategia en córners y faltas que no existía en el Barça desde los tiempos de Pep Guardiola.

Las esencias del guardiolismo no admiten que se pueda llegar al triunfo a través de una jugada a balón parado, en un córner o en el remate de una falta. Al gol se llega, según el catecismo de Pep Guardiola, tocando la pelota, combinando y triangulando. Por eso en la época gloriosa de Guardiola era muy difícil ver al Barça marcar un gol de cóner o de falta indirecta. No es que fuera su asignatura pendiente, simplemente aquel Barça no buscaba el gol por esa vía.

 

Luis Enrique ha roto con la tradición y trabaja en los entrenamientos con las jugadas a balón parado como alternativa al fútbol de toque cuando los partidos se encallan. Fue el caso de ayer en Vigo. El gol no llegó con las triangulaciones de Messi con Iniesta, Neymar, Xavi o Suárez, sino en un certero cabezazo de Mathieu rematando a gol un centro de Xavi ya ensayado. Y no es el primero. El mismo Mathieu, en la jornada anterior, marcó otro gol decisivo de cabeza al Real Madrid rematando un centro de Messi en una falta. El tanto de Mathieu en Vigo, que muchos consideran que le ha dado media Liga al Barça, es el número 13 en jugadas de estrategia del total de 81 que ha conseguido el Barcelona en la presente edición liguera. Ocho han llegado a la salida de un córner y cinco en el remate de un golpe franco.

 

De los tres goles que lleva Mathieu con el Barcelona, dos han sido de cabeza. Y en su historial en la Liga española, con el Valencia y con el Barcelona, ha conseguido de cabeza cinco de sus ocho goles totales. Los dos centrales del Barcelona, Piqué (4) y Mathieu (2) han marcado ya seis goles en esta Liga y los seis han llegado en jugadas a balón parado. Luis Enrique no renuncia al tradicional estilo de juego del Barcelona basado en el toque y en el control del balón, pero ha introducido variaciones para encontrar salidas cuando el juego de posesión queda taponado. La pegada de los tres de arriba exige transciones más cortas y alternativas de estrategia, como las faltas y los córners, cuando el talento individual no es suficiente para encontrar el camino del gol. Luis Enrique no ha traicionado el estilo del Barça. Simplemente lo ha mejorado abriéndolo a más opciones de ataque. Y eso al purismo guardiolista no le acaba de convencer, por lo que el debate está abierto en el entorno barcelonista.