La jaula que atrapa y condena a James Rodríguez en el Real Madrid de Zidane
El colombiano se llevó una sonora pitada de parte de la afición madridista en el derbi frente al Atlético de Madrid.
Hace ya bastantes semanas que James Rodríguez regresó a la titularidad completa con el Real Madrid. Salvo un descanso por decisión técnica de Zidane en Málaga, el colombiano ha sido un fijo para el técnico francés desde que Gareth Bale se lesionó hace ya bastantes fechas. Situación que, unida al hecho de que con el galo el Real Madrid trata de volver a su versión más 'jugona' y de ataque como en los mejores tiempos de Carlo Ancelotti, hizo pensar a los expertos que en breve volveríamos a ver la mejor versión del '10' blanco, muy perjudicado esta temporada por su tiempo de lesión, por sus roces con Benítez y por todas las críticas y acusaciones que ha tenido que soportar desde que comenzó la temporada.
Y parecía que, poco a poco, James iba encontrando su nivel. Pero no termina de explotar ni de ser tan determinante en el fútbol del Madrid como antes, algo que el equipo nota muchísimo debido a que siempre ha sido un seguro de vida para sus compañeros arriba en cuanto a asistencias. Superando a Isco por mucho terminó su primera temporada de blanco con 17 en todas las competiciones. Su perfil, más directo y sin rodeos con respecto al malagueño, le beneficiaba. Algo que ahora no sucede.
Ante el Atlético, el equipo que mejor defiende en España y uno de los mejores de Europa defensivamente, vimos a un Rodríguez muy poco activo en la circulación y cometiendo fallos y pérdidas de balón, actuando lejos del área rival y con dificultades para recibir. En parte gracias al mérito rojiblanco, pero también a que parece jugar metido en una 'jaula' que limita sus movimientos. Y es que Zidane se empeña en utilizarle por la banda derecha y a pierna cambiada, algo que le resta una enorme capacidad.
En cada jugada, James tiene que meterse hacia dentro conduciendo la pelota en exceso, partiendo de la posición de falso interior derecho para acabar combinando en horizontal con sus compañeros en jugadas de poca trascendencia. Apenas desborda por su costado, cosa que sí hacía en frenéticas combinaciones con Cristiano Ronaldo tanto por la izquierda como por el centro la pasada campaña. Hay que decir que los factores psicológico y de equipo no ayudan este año, en el que todos los centrocampistas del Real Madrid parecen menos buenos de lo que son.
James no llega hasta las inmediaciones del área ni dispara con tanta frecuencia como antes. Los centros con rosca al segundo palo y los lanzamientos exteriores -más con cuentagotas- de fuera hacia dentro son los únicos puntos a favor de su nuevo rol en este Madrid de Zidane, que sí potencia algo más los perfiles de otros actores del medio campo como Isco o incluso Modric y Kroos, a los que hemos visto chutar a puerta en estos dos últimos meses más que en el resto de su etapa en el Madrid. Se trata de un problema táctico que el francés tendrá que ir puliendo.