La frase que deja en mal lugar a Zidane tras el empate ante el Málaga

El técnico deja clara cuál será su táctica en los momentos complicados y gestionando crisis.

Tras el empate del Real Madrid en Málaga, un resultado que prácticamente deja sentenciada la Liga en favor del Barcelona, a Zinedine Zidane le tocaba enfrentarse a la prensa en la comparecencia más difícil desde que es técnico blanco, un puesto en el que todavía no ha cumplido dos meses. Por eso era interesante ver cómo se tomaba el francés la rueda de prensa, qué diría sobre el mal partido de los suyos y el panorama que se le presenta al equipo a partir de ahora, a nueve puntos de un Barça que parece imparable en todos los frentes y con tres meses de competición por delante.

 

Y Zidane, como era de esperar, no se sentó delante de los micrófonos para practicar un discurso polemista ni crítico con sus jugadores, y ni mucho menos para decir que la Liga está perdida. Apeló a trabajar "todos juntos" y aseguró que él "no tira la Liga" y la plantilla "mucho menos". Además, trató por todos los medios de echar un capote a los futbolistas, un gesto muy de Carlo Ancelotti y que a buen seguro habrá gustado al plantel merengue de cara al ambiente interno.

 

 

Sin embargo, hubo varias reflexiones de Zizou que dejaron entrever cuáles serán sus puntos fuertes como técnico de futuro en el Real Madrid, ya que pocos pueden pensar que la cúpula directiva vaya a despedirle cuando finalice la campaña pase lo que pase. Y será interesante ver cómo se habrá tomado la directiva estas formas de pensar, que dejan claro que no será un técnico de mano dura para nada cuando las cosas vayan mal. De hecho, algunas frases 'chirrían' un poco si se piensa en el gen ganador y el carácter del aficionado medio del Real Madrid.

 

"Pudimos perder. Igual hasta hemos ganado un punto", dijo un Zizou que, de una forma que muchos podrán pensar acertada y como venimos diciendo, no atizó a los suyos, pero que quizá se pasó de la raya a la hora de 'aceptar' todo con respecto al resultado. A la larga, esta falta de la más mínima autocrítica y la tendencia a la complacencia podría pasarle factura al galo, que por otro lado tampoco ofreció ninguna explicación convicente cuando se le preguntó por uno de los aspectos más extraños de su planteamiento táctico en La Rosaleda: colocar a Isco de falso nueve durante la primera mitad, algo que restó fortaleza en cuanto a remate al ataque merengue.

 

"Isco no era delantero, Se movieron los tres con Luca y con Mateo. Y luego los cambios fueron dos y ya está porque a veces, si ves que hay que cambiar algo tomas la decisión y ya está”, fue la corta y poco convincente reflexión de Zidane al respecto. Son cosas que esta temporada no se le tendrán demasiado en cuenta por su inexperiencia y por haber llegado a mitad de temporada, pero que a la larga podrían perjudicar al francés.