La histeria por Bale activa un plan de acción inmediato en el Madrid
Sus continuas lesiones y la no fecha para su recuperación hacen que el club se mueva por el galés
La noticia de la recaída en la lesión de Gareth Bale, y el posterior anuncio por parte de Zinedine Zidane de que el galés no tendría fecha de reaparición fija hasta que se haya recuperado por completo de su dolencia muscular en el sóleo mantienen nerviosa a la afición del Real Madrid, pero mucho más al club. Y es que existe realmente la preocupación de que las lesiones del futbolista se conviertan en una auténtica 'quimera' para él y que le impidan llegar a convertirse en el crack que la entidad desea, y por el que apostó cuando le firmó en el verano de 2013. En el recuerdo más reciente el caso de Arjen Robben, al que el Madrid acabó 'malvendiendo' al Bayern por sus constantes ausencias y que después ha firmado varios años a un grandísimo nivel en Alemania, tal y como recuerdan este martes algunos periodistas.
Pero, por encima de estos temores, en el Madrid hay una preocupación todavía mayor: que el ambiente se transforme en un clima de animadversión hacia el jugador, y que esto termine por devaluarle. Bastante le ha costado a Gareth ganarse al madridismo -y todavía no lo ha conseguido de forma unánime- como para tener que aguantar ahora constantes críticas por sus dolencias físicas. Su estilo de fútbol y su falta de adaptación han provocado constantes desamores con la grada del Bernabéu, aunque sus últimas actuaciones en el mes de enero habían contribuido a que viéramos la versión más feliz del de Cardiff desde que llegó a España.
Si las lesiones persisten será momento de pensar en el futuro del club y del futbolista; pero hasta entonces, en el Real Madrid no quieren ni pensar en eso por un instante. El club se centra en elaborar un exhaustivo programa de recuperación para el extremo, que pasa por un tratamiento de la tan célebre protrusión lumbar que le afecta, causa de sus dolencias en el sóleo. Creen que con su edad y con paciencia, el problema es reversible. Y por otro lado, mimar a Bale y a su entorno y cubrirle de ataques externos. No sólo de la prensa sino también evitando que la afición la tome con él, ya que tener en la plantilla a un crack permanentemente lesionado y no querido por el público provocaría que las ofertas por él, en caso de tener que venderle, fuesen paupérrimas. Todo por un jugador que, recordemos, costó más de 100 millones de Euros.
Por el momento, reina la calma. Bale sigue recuperándose mientras se trabaja para evitar que acuda con su selección a los compromisos internacionales de marzo. Sería devastador para la imagen de la entidad que eso sucediese y después recayese de su lesión otra vez, algo que no se quiere ni plantear...