El Barça cimenta sus victorias sacando la fuerza en las segundas partes

El equipo de Luis Enrique desarbola a sus rivales tras el descanso y logra el doble de goles en la segunda parte que en la primera.

El FC Barcelona acostumbra a desarrollar lo mejor de su talento futbolístico aprovechándose de la gran fortaleza física de sus jugadores en las segundas partes. Es ahí cuando remata sus partidos. El Real Madrid, en cambio, es más parejo en sus anotaciones. Ahí, en la preparación física, radica uno de los hechos diferenciales entre los dos grandes aspirantes al título de Liga.

 

En lo que llevamos de competición liguera el Real Madrid ha anotado 39 goles y ha encajado 13 en la primera mitad de sus partidos. En la segunda parte ha logrado 39 y ha encajado otros 13, lo que quiere decir que el Real Madrid reparte por igual sus tantos a favor y en contra en las dos mitades de sus partidos, fundamentalmente aprovechando sus salidas fulgurantes que descolocan a sus rivales.

 

En el Barça. en cambio, no existe este equilibrio. Las segundas partes del equipo de Luis Enrique son mucho más productivas que las primeras. 26 goles anotados y 6 encajados en las primeras partes. 54 goles anotados y 10 encajados en las segundas. Queda claro que el Barça tira de fortaleza física para desarbolar a sus rivales en las segundas partes, en donde aprovecha mejor los errores defensivos de sus contrarios. El Barcelona se vuelca sobre la portería rival y anota más del doble de goles en la segunda parte que en la primera. Pero, atención, igual que duplica el número de goles anotados en la segunda parte, también casi duplica el de los encajados, debido a que su vocación atacante le obliga a desguarnecer su defensa.

 

Sobre esta faceta del juego Mundo Deportivo cae hoy en la cuenta de que si los partidos se acabaran en el minuto 45 el Barcelona no sólo no sería el líder, tampoco sería el segundo, sino el tercero. El primero sería el Real Madrid, con 62 puntos, seguido del Atlético con 59, mientras que el Barcelona se quedaría en 53. Curiosamente, si sólo contaran las segundas partes, el Barça tendría 68 puntos -15 más- y sería el líder indiscutible.

 

El dato refrenda la creencia de que Luis Enrique ha conseguido unir al talento innato de sus jugadores una exigencia físca que permite a sus hombres ser mejores que sus rivales porque técnicamente les superan y, además, porque corren más. Y esto, en el Barça, es una novedad.