La llegada de Mourinho al United ata de pies y manos al Real Madrid

El contacto entre el técnico portugués y la cúpula directiva merengue sigue siendo frecuente, según cuentan

El fichaje de José Mourinho por el Manchester United es prácticamente un hecho. El técnico portugués se hará cargo de los Red Devils a partir de la próxima temporada, iniciando así otro duelo histórico con su máximo enemigo en los banquillos deportivamente hablando, Pep Guardiola, que ocupará el puesto de Manuel Pellegrini en el Manchester City. Todo un acontecimiento que elevará el interés de la Premier League, si cabe, a cotas incluso más altas que de costumbre. Pero si puede haber un club afectado (aparte de los 'Citizens') por la llegada de Mourinho ese es el Real Madrid. No ya por la amenaza que supondrá el tándem Mou-United y el dinero de los ingleses en el mercado, sino también porque al club blanco se le cierra una posibilidad de negocio.

 

Y con esto nos referimos a Cristiano Ronaldo. El Manchester, su "otro club" de toda la vida, era uno de los dos principales candidatos a acoger al portugués si finalmente decidía abandonar el Real Madrid al final de esta temporada. Con el PSG como alternativa, los Red Devils soñaban con poder volver a disfrutar, al fin, del hombre que tantas noches de gloria les dio antes de marcharse al equipo blanco. Cristiano es todo un ídolo en Manchester, como se pudo comprobar en la visita que el Real hizo a la ciudad para jugar con el equipo inglés en 2013, cuando la ciudad se llenó de mensajes y carteles para recibirle.

 

Sin embargo, es muy poco probable que Cristiano Ronaldo acepte irse al Manchester United si Mourinho es el entrenador. La relación entre ambos quedó muy tocada tras su etapa juntos en el Real Madrid, especialmente en el último año del técnico de Setúbal. Incluso llegó a sentar al luso en algún partido, algo que ningún otro entrenador madridista ha hecho en los siete años que Cristiano lleva defendiendo la elástica blanca. Después de aquel final desagradable ambos se han dedicado 'puyas' en público, aunque recientemente Cristiano asegurase que no le importaría volver a trabajar con él.

 

Pero sólo se trataba de un gesto de cortesía. Sus egos chocan, y ninguno de los dos aguantaría demasiado junto al otro. Palo para el Madrid, que ve con buenos ojos la marcha del futbolista después de su progresivo declive en este último año y medio y la sensación de que está más que amortizado. Sin él, podría llevar a cabo la revolución que pretende de la plantilla sin estar tan atado. Y buena noticia, indirectamente, para el PSG, que queda casi como único club capaz de poder hacer frente a sus exigencias económicas.