La grave lesión de Augusto le fastidia un negocio al Atlético de Madrid

Todo apunta a que los colchoneros se quedarán como están o ficharán un delantero a última hora

Entradas, pocas... salidas, ninguna. Aparte de la de Siqueira. Eso es lo que se desprende de estas últimas horas de mercado antes del cierre del periodo de fichajes de invierno en cuanto al Atlético de Madrid se refiere. Un Atlético que en las últimas horas se ha visto muy mermado, otra vez, en la línea del centro del campo debido a los contratiempos en forma de lesiones. Y es que la mala suerte se cebó con Augusto Fernández el pasado sábado en el Camp Nou. Apenas unas semanas después de fichar por el club rojiblanco, el mediocentro argentino se lesionó en su rodilla izquierda, concretamente en el ligamento lateral. Una dolencia que le tendrá meses apartado de los terrenos de juego.

 

Augusto había llegado al Atlético procedente del Celta de Vigo a finales de diciembre, precisamente, como fichaje 'de emergencia' tras la gravísima lesión del portugués Tiago Mendes, compañero innegociable de Gabi en el doble pivote del Cholo Simeone. El argentino, junto a su compatriota Matías Kranevitter, procedente de River Plate, completaba un doble refuerzo destinado a hacer olvidar la ausencia del luso. Y ahora el Atlético vuelve a sufrir bajas en esa posición.

 

La lesión propiciará más minutos para el propio Kranevitter, que indirectamente se verá beneficiado de este drama. Sin embargo, otro jugador colchonero ha visto cómo la lesión del jugador albiceleste le hará quedarse en la entidad cuando tenía papeletas para salir y encontrar los minutos que le están faltando esta temporada: Óliver Torres. El mediapunta no cuenta con demasiada confianza por parte de Simeone, y en los últimos días había despertado el interés de varios clubes grandes en Europa, como el United o el Borussia Dortmund. Hasta 30 millones de Euros ofrecían los Diablos Rojos por un jugador que no ha sabido mostrar en el Calderón las buenas formas que apuntó la pasada temporada en Oporto.

 

Ahora, sin embargo, Óliver podría verse obligado a quedarse por falta de efectivos sin disponer de minutos hasta el final del curso. Todo un palo para un futbolista todavía muy bien considerado en el viejo Continente.