La última lección de Florentino Pérez a Bartomeu como gestor

La negociación del Real Madrid con Adidas por su camiseta saca los gestores a quienes dirigen los destinos del FC Barcelona.

El FC Barcelona anda sumido en una profunda crisis económica que le impide hacer feliz a su entrenador proporcionándole el fichaje de Nolito porque en este momento no puede hacer frente a una inversión de 18 millones de euros. La directiva de Bartomeu debe ajustar sus cuentas para adaptarse a las normas del Fair Play Financiero impuesto por la UEFA y también a los propios estatutos del club, que le impiden estirar más el brazo que la manga y le prohibe realizar fichajes.

El problema se resume así: existe una evidente desproporción entre los ingresos del club y sus gastos. Y eso se corrige gastando menos o ampliando los ingresos de manera suficiente para permitir gastar de acuerdo con las necesidades del equipo en materia de fichajes y aumentos salariales. Y ahí se encalla Bartomeu. Su gestión, que parece más amateur que profesional, no consigue por un lado descubrir nuevas fuentes de ingresos y, por otro, mejorar los ingresos actuales haciendo valer los activos que supone poseer el mejor equipo del mundo y las estrellas más cotizadas del momento que, además, suponen un reclamo comercial inigualable.

Y mientras el FC Barcelona se ahoga buscando más dinero, Florentino Pérez destapa que está negociando la renovación del contrato del Real Madrid con Adidas por 140 millones anuales, casi cinco veces más que lo que el Barça le saca a Nike para que Messi, Neymar, Suárez y los demás luzcan en su camiseta su logotipo. Algo está fallando en el FC Barcelona cuando Florentino Pérez, con un equipo decadente que viene de no ganar nada, es capaz de pasar a sus rivales la mano por la cara con un contrato de patrocinio espectacular.

 

Es evidente que en el FC Barcelona tienen serios problemas para explotar su imagen como corresponde. Tampoco son capaces de conseguir de Qatar ni de nadie el ingreso que merece la camiseta del equipo campeón de Liga, de Copa y de Europa, aunque no es el único capítulo en el que suspende la gestión de Bartomeu: la cantera es un desastre, las secciones no funcionan, los viajes de los aficionados son una ruina y la economía no permite fichar a un futbolista que cuesta 18 millones.