Nuevo toque de atención del vestuario del Barça a Ter Stegen

Sus compañeros prefieren a Bravo, que, a diferencia del alemán, no hace milagros pero tampoco cantadas.

Ter Stegen consigue poner de los nervios a sus compañeros. Después de una actuación portentosa en San Mamés, en el partido de ida de la Copa que enfrentó al Athletic de Bilbao y al FC Barcelona, anoche, en el partido de vuelta, sacó de quicio a los jugadores del Barça, que no saben a qué atenerse con él. Es tan capaz de hacer posible un milagro irrealizable, como en las dos manos que sacó en San Mamés, como de protagonizar las cantadas más increíbles. Ayer falló de forma clamorosa en el gol del Athletic.

 

La trayectoria de Ter Stegen en el Barça está plagada de "accidentes" en forma de goles que no le dejan en buen lugar. Es cierto que también es capaz de sorprender con paradas milagrosas, pero sus compañeros se sienten más tranquilos y cómodos cuando saben que quien está debajo de los palos es Claudio Bravo, que no se hará acreedor nunca a un 10, pero que jamás suspenderá en un partido. La regularidad de Bravo transmite seguridad a sus compañeros, especialmente a los defensas, que saben que tienen las espaldas bien cubiertas. Tiene más oficio y cubre la portería más que Ter Stegen.

 

Entre los jugadores del Barça empieza a tomar cuerpo la opinión de que Ter Stegen va de sobrado y que abusa del juego con los pies, que no es su fuerte, para acaparar protagonismo. Lo cierto es que Ter Stegen no cayó de pie en este vestuario. Desde el primer día. Hay jugadores, como Larsson, Pizzi o Davids, que sin aportar nada excepcional, se ganaron enseguida el cariño del público. El caso de Ter Stegen es el contrario. Sólo transmite dudas.  Recuerda al portugués Vitor Baia, un gran portero al que sin embargo le venía grande la portería del Barça. Pone cara de póker y da la sensación de que todo le da igual, sin reconocer nunca los errores, que suele trasladar siempre a sus compañeros de defensa. Hay quien sostiene que se cree el heredero de Neuer en el fútbol alemán y no va por buen camino.