'Roce' del Madrid con la policía por James: Ahora es más "equipo del Gobierno"

El incidente del colombiano de este viernes en Valdebebas ha hecho que el club tenga que 'quedar mal' ante las autoridades

Aún es pronto para saber con total amplitud cuáles serán las consecuencias del incidente que James Rodríguez protagonizó en el primer día de 2016, tras entrar en Valdebebas huyendo de la policía por conducir a 200 kilómetros por hora por la vía de circunvalación M-40 de Madrid. El asunto es más grave de lo que parece, o lo sería si James no fuese quien es, "un futbolista", en palabras de los agentes de seguridad del Real Madrid cuando frenaron nada menos que a las autoridades de paisano que, sirena al viento, tuvieron que frenar en la puerta de las instalaciones de entrenamiento del Real Madrid antes de que se les permitiera acceder a hablar con el jugador y pedirle su documentación.

 

Un detalle, el de los empleados del club impidiendo el paso a la policía, que ha trascendido casi más que la propia infracción del colombiano. James justificó que pensaba que querían secuestrarle, algo que en sudamérica no es nada extraño cuando se trata de celebridades con coches de alta gama, y que le confundió el hecho de que la policía no fuese en un coche oficial, sino en uno camuflado. Al menos, esa es la versión de la autoridad, mientras que el Real Madrid sostiene que "James no iba a 200 kilómetros por hora y no había radar que certificara a qué velocidad iba", según cuentan los compañeros de 'vozpópuli'. De ser así, estaríamos ante un hecho isólito: el club no sólo defiende a su futbolista pese al gravísimo delito contra la seguridad vial -algo hasta cierto punto lógico, aunque con matices- sino que censuraría nada menos que la versión de la policía, cuya palabra no puede contradecirse.

 

No es la primera ni la segunda vez que el Real Madrid se ve obligado a dar la cara y 'montar un número' para cubrir a un futbolista de su plantilla a pesar de que su imagen quede seriamente dañada. Con Karim Benzema estos incidentes de tráfico no son nada nuevo, por desgracia, y ahora sorprende que un tipo tan poco polémico fuera de los terrenos de juego como James haya podido cometer semejante temeridad, lo que refleja sin duda la situación de tensión interna que vive la plantilla por sus problemas deportivos, algo que ya contamos en este medio en las últimas horas. El incidente coloca al Madrid todavía más en una postura públicamente dañina que se une a los 'pleitos' que ya están erosionando su nobleza como institución: El caso de chantaje de Benzema ante la justicia francesa o el lío de acudir a la justicia ordinaria tras la eliminación por alineación indebida ante el Cádiz.

 

La persecución 'cinematográfica' de la policía a James de este viernes podría tener sus consecuencias penales para el cafetero, que sin embargo seguramente no pasen de una severa multa económica y la retirada del carnet de conducir por un tiempo. Castigo sin duda más benévolo por tratarse de un jugador de fútbol famoso, aunque en esto el Madrid no tiene ninguna culpa. Probablemente cualquier crack de Primera División sería tratado de la misma forma. Pese a todo, lo que sí queda mal es la imagen del Madrid como club por defender una versión poco creíble de los hechos y porque seguramente esa benevolencia para con James haga quedar de nuevo a la entidad como "el equipo del Gobierno", un calificativo histórico con los blancos y que siempre les ha hecho mucho daño. Ahora esta "obstrucción a la autoridad" (así han calificado algunos la maniobra de los miembros de seguridad de Valdebebas al retener a la policía en la puerta del recinto) ofrece a los aficionados 'anti' y simplemente a los que no son del Real Madrid, la excusa perfecta para atacar más todavía a una entidad ya en crisis.