Las cinco claves que Benítez tocará para cambiar al Madrid en 2016 (si llega)

El técnico tiene incontables frentes abiertos en el equipo blanco

El año 2015 ha sido un calvario para el Real Madrid. 365 días que no pudieron empezar de manera más ilusionante después de un periodo de vino y rosas tras la consecución de la décima, con una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes en el bolsillo y un técnico, Carlo Ancelotti, logrando hacer funcionar a la máquina blanca de forma preciosista como no se recordaba hacía años, especialmente en los últimos meses de 2014 con una racha de 22 victorias consecutivas. Sin embargo, un cúmulo de despropósitos fue mellando todas las esferas del club comenzando por la plantilla, mermada progresivamente por las lesiones musculares en enero y febrero de 2015. Se acusó al preparador italiano de sobrecargar de minutos a los titulares, mientras subyacía una crisis interna entre jugadores y club por disparidad de criterios con el jefe de los servicios médicos, Jesús Olmo, puesto a dedo por la entidad. El Madrid fue perdiendo frescura, partidos y títulos. La aciaga tarde del derbi madrileño decantó el futuro de Ancelotti para mal, con una goleada escandalosa y acrecentada después con la ya célebre fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo. Para colmo, el Barça lo ganaba todo.

 

Y en el segundo tramo del año, el calvario está siendo para Benítez. El técnico aterrizó ya tocado debido a la poca fe que le profesaba una gran parte del público y los jugadores, que mostraron su opinión en contra de la destitución de Ancelotti. Rafa tuvo que enfrentarse en primera persona y como sujeto pasivo a la marcha turbulenta de la última leyenda del club, Iker Casillas, y a un desagradable pulso entre el club y su nuevo capitán, Sergio Ramos. Con su actitud fría y calculadora y sus métodos por bandera, no ha conseguido conectar con la grada ni con el vestuario y ni mucho menos convencer al entorno de que a través de su libreta el Madrid puede jugar bien y ganar títulos esta temporada. Totalmente en el disparadero y para muchos ya sentenciado, si Benítez logra empezar 2016 en el banquillo del Madrid tendrá que hacer acopio de fuerzas para cambiar el rumbo del equipo tras un año nefasto. La regeneración pasa por los siguientes puntos:

 

  • Convencer al vestuario de sus ideas. Por mucho que se empeñe en demostrar lo contrario a través de estadísticas cada vez más rebuscadas y forzadas, Benítez intenta hacer jugar de forma disciplinada, rígida, defensiva y física a un equipo plagado de futbolistas técnicos, dados a la fantasía y la imaginación y no al rigor táctico, con poca capacidad de repliegue en fase defensiva y de presión alta sin balón. Juega a lo equivocado con piezas que no son las correctas. Debe darse cuenta de que sólo cambiando logrará mejorar el nivel futbolístico. Y, además, así se ganará un poco de tregua por parte de una grada que se aburre y mucho.

 

  • Cambiar el talante. Para convencer a todos de que es el entrenador que puede llevarles al éxito, Benítez no sólo debe cambiar sobre el césped, sino en cada comparecencia pública y también en los entrenamientos. Debe generar confianza con sus jugadores, ser más ‘padre’ y comprensivo con ellos. Algo que lleva ya semanas intentando hacer, aunque de momento le cuesta y es normal. Nunca en ningún otro club se había visto obligado a hacerlo porque nunca había lidiado con un vestuario de primerísimo nivel, ni siquiera en el Liverpool o en el Inter.

 

  • Tener valentía para tomar decisiones. “No me temblará el pulso si tengo que sentar a Cristiano”. Esta frase persigue al entrenador desde que la pronunció hace ya meses. Pese a que defiende que coloca a los jugadores por meritocracia, la mayoría de alineaciones que se ven a día de hoy en el Real Madrid son casi siempre las mismas salvo que sean partidos dados a rotaciones y se repiten con respecto a la etapa de Ancelotti. La BBC juega casi por decreto, rinda como rinda, y sin embargo algunos jugadores como Isco, Lucas Vázquez o Jesé apenas tienen minutos a pesar de haber demostrado en algunas o en varias fases de la temporada estar mejor que otros. Así, Rafa no consigue hacerse fuerte dentro del vestuario.

 

  • Solventar el problema médico. Se achacó a la falta de rotaciones de Ancelotti el hecho de que el Madrid se viera lastrado por las lesiones musculares la pasada temporada pero el inicio de la presente ha sido igual o peor. Los lesionados siguen cayendo como moscas y siguen huyendo del doctor Olmo cada vez que pueden, desoyendo sus consejos o tratándose con médicos externos y despedidos del Madrid antaño, como Pedro Chueca. Benítez se ve obligado a defender la postura institucional, pero quizá una lanza rota en favor de una plantilla quemada con el ‘doctor estiramientos’ ayudaría a ganarse a sus jugadores. Por otro lado, ha rotado por absoluta necesidad, no por sus planes iniciales.

 

  • Hacer autocrítica. Benítez se ve muy lastrado por intentar convencer a todo el mundo de asuntos inconcebibles, como asegurar que es un entrenador ofensivo y ofrecer estadísticas absurdas, sesgadas o poco cercanas a la realidad del juego y de las sensaciones. Quizá si admitiera que es un técnico conservador simplemente dejaría bien claros sus métodos, gusten o no al público. Debe, en definitiva, hacerse notar y dar un puñetazo en la mesa, incluso a pesar de que eso suponga tomar decisiones impopulares. Porque, en muchos aspectos, lo que se critica es que no tome decisiones o que las tome condicionado por el entorno, no por lo que realmente él haría.